lunes, junio 06, 2005
Aventuras y desventuras en Cartago (I): el ingreso
He leido un consejo de el Amor es para los feOs a pin que dice que no hay que escribir rollos largos aquí para que la gente llegue al lapicerillo de "añadir comentario", así que ésta es la primera entrega de una larga historia. Como mi primer lector ya la conoce (o quizás no la leyó en su momento porque era muy larga?), mi pretensión es ganar nuevos lectores...
La historia tiene lugar muy cerca del paraíso de mi anterior mensaje. Se puede decir que aquel paraíso me llevo a este infierno (o mejor aún, que de aquellos barros vinieron estos lodos). Empieza aquí:
El ingreso
Llegamos el viernes a las 12:15. La recepción es rápida. Tras tomar datos del pasaporte me colocan en un pasillo y en menos de 10 minutos me están limpiando el pie.
Olvidé decir que llego aquí con un pie muy inflamado y con una herida entre los dedos (hecha caminando por el barro en la selva de la zona de playas del Caribe Sur, junto a Manzanillo).
Tras la primera cura, la doctora de urgencias (emergencias, dicen aquí) me informa que voy a ser ingresado pues tengo una fuerte infección bacteriana adquirida por la herida (el barro de Manzanillo no debía ser apto para el "baño"). "Cosa de uno o dos días", me dice.
Comunico a mis compañeros de viaje el ingreso y se van a ver a los curas de Ciudad de los Niños. Quedamos en vernos al día siguiente.
El ingreso consiste en que paso a la "sala de emergencias" pues no hay camas libres. Una sala de unos 30 metros cuadrados con unas 15 sillas, casi todas ocupadas. Me dejan una en una esquina al lado del mostrador de control, para que mi mochila no estorbe. Allí permanezco hasta las 20:00 (atención a la diferencia: 20:00 horas - 12:15 horas = 7:45 horas). En ese tiempo me ponen ya los primeros goteros de antibióticos.
Mi compañero de sala, en la silla de al lado, ha "ingresado" a las 11:00 con un síndrome de abstinencia de alcohol. Me cuenta que ha pasado el último mes sin comer y borracho todos los días. Me dice que su vida es como la de Nicolas Cage en "Leaving Las Vegas". Perteneció a Alcohólicos Anónimos pero interrumpió la terapia. Está en paro. Bebe porque no tiene otra cosa que hacer, dice. Alguien le trajo aquí porque lo encontró tirado en el suelo. Me da la impresión de que no es la primera vez que viene pues no le hacen mucho caso. Tiene temblores, taquicardia, se le agarrota el brazo, dice, y tiene los ojos completamente rojos.(*)
(*) Nota añadida el lunes: Volvió el lunes exclusivamente a visitarme (ya más limpio y en mejor estado), estuvimos hablando un rato y me dió un papel con su dirección, se llama Juan Carlos Ramírez.
A la izquierda del alcohólico hay una chica de unos 17 años que ha ingresado por sobredosis de barbitúricos (intento de suicidio). Llora desconsolada y dice que no quiere vivir. Cada cierto tiempo le hacen beber una jarra de líquido naranja y vomita con violencia.
Llega otro de unos 30 años con la cara completamente inflamada, tapándose con una mano por vergüenza (luego será compañero de mi habitación; se llama Edgar, cama nº4). Y así hasta 15 ó 16 personas en la sala, con dolencias varias. Hay otro de bigote que luego irá a parar a la habitación de al lado.
A las 20:00 horas, ilusionado por pasar a una habitación (iluso!), me dan un pijama (pantalón naranja, color Alcatraz, y camisa manga corta azul) y allá me voy con mi silla de ruedas y mi mochila hacia la habitación. El conductor de la silla me pregunta si llevo "paño" (toalla), jabón y papel (higiénico). Le digo que no y me dice que me intentará conseguir. Empieza mi mosqueo.
La historia tiene lugar muy cerca del paraíso de mi anterior mensaje. Se puede decir que aquel paraíso me llevo a este infierno (o mejor aún, que de aquellos barros vinieron estos lodos). Empieza aquí:
Hospital Central de Salud Pública de Cartago, C.R.
Viernes 10 de agosto de 2001
Viernes 10 de agosto de 2001
El ingreso
Llegamos el viernes a las 12:15. La recepción es rápida. Tras tomar datos del pasaporte me colocan en un pasillo y en menos de 10 minutos me están limpiando el pie.
Olvidé decir que llego aquí con un pie muy inflamado y con una herida entre los dedos (hecha caminando por el barro en la selva de la zona de playas del Caribe Sur, junto a Manzanillo).
Tras la primera cura, la doctora de urgencias (emergencias, dicen aquí) me informa que voy a ser ingresado pues tengo una fuerte infección bacteriana adquirida por la herida (el barro de Manzanillo no debía ser apto para el "baño"). "Cosa de uno o dos días", me dice.
Comunico a mis compañeros de viaje el ingreso y se van a ver a los curas de Ciudad de los Niños. Quedamos en vernos al día siguiente.
El ingreso consiste en que paso a la "sala de emergencias" pues no hay camas libres. Una sala de unos 30 metros cuadrados con unas 15 sillas, casi todas ocupadas. Me dejan una en una esquina al lado del mostrador de control, para que mi mochila no estorbe. Allí permanezco hasta las 20:00 (atención a la diferencia: 20:00 horas - 12:15 horas = 7:45 horas). En ese tiempo me ponen ya los primeros goteros de antibióticos.
Mi compañero de sala, en la silla de al lado, ha "ingresado" a las 11:00 con un síndrome de abstinencia de alcohol. Me cuenta que ha pasado el último mes sin comer y borracho todos los días. Me dice que su vida es como la de Nicolas Cage en "Leaving Las Vegas". Perteneció a Alcohólicos Anónimos pero interrumpió la terapia. Está en paro. Bebe porque no tiene otra cosa que hacer, dice. Alguien le trajo aquí porque lo encontró tirado en el suelo. Me da la impresión de que no es la primera vez que viene pues no le hacen mucho caso. Tiene temblores, taquicardia, se le agarrota el brazo, dice, y tiene los ojos completamente rojos.(*)
(*) Nota añadida el lunes: Volvió el lunes exclusivamente a visitarme (ya más limpio y en mejor estado), estuvimos hablando un rato y me dió un papel con su dirección, se llama Juan Carlos Ramírez.
A la izquierda del alcohólico hay una chica de unos 17 años que ha ingresado por sobredosis de barbitúricos (intento de suicidio). Llora desconsolada y dice que no quiere vivir. Cada cierto tiempo le hacen beber una jarra de líquido naranja y vomita con violencia.
Llega otro de unos 30 años con la cara completamente inflamada, tapándose con una mano por vergüenza (luego será compañero de mi habitación; se llama Edgar, cama nº4). Y así hasta 15 ó 16 personas en la sala, con dolencias varias. Hay otro de bigote que luego irá a parar a la habitación de al lado.
A las 20:00 horas, ilusionado por pasar a una habitación (iluso!), me dan un pijama (pantalón naranja, color Alcatraz, y camisa manga corta azul) y allá me voy con mi silla de ruedas y mi mochila hacia la habitación. El conductor de la silla me pregunta si llevo "paño" (toalla), jabón y papel (higiénico). Le digo que no y me dice que me intentará conseguir. Empieza mi mosqueo.
Etiquetas: Cartago, Costa Rica
comentarios:
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sigue sigueeeeeeeeeeeeeee!!!
y luego que pasa?
cuando te atacan las hormigas carnivoras?
alguno acaba suicidandose?
te amputaron el pie cuando te sobrevino la gangrena?
(yo es que sere rara, pero leo deprisa ;) )
y luego que pasa?
cuando te atacan las hormigas carnivoras?
alguno acaba suicidandose?
te amputaron el pie cuando te sobrevino la gangrena?
(yo es que sere rara, pero leo deprisa ;) )
me abruma tanta espectación... qué será de pin cuando escriba en 50 capítulos la aventura en la que fui atacado por un erizo de mar en el mar del sur de China?
o aquella otra en la que miles de sanguijuelas me acechaban en la selva virgen de Borneo y sólo una de ellas consiguió traspasar mi bota y calcetín hasta llegar a introducir su cabecita en mi pie?
luego reduciré la tensión contando algo de uno de mis ídolos...
o aquella otra en la que miles de sanguijuelas me acechaban en la selva virgen de Borneo y sólo una de ellas consiguió traspasar mi bota y calcetín hasta llegar a introducir su cabecita en mi pie?
luego reduciré la tensión contando algo de uno de mis ídolos...
bahh! está historia ya la he leído... es una de esas típicas historias de aventuras americanas, y como no, al final el protagonista se salva milagrosamente y no muere... bahh!
mejor cuenta lo del vendedor de patatas fritas, que esa historia no me suena...
mejor cuenta lo del vendedor de patatas fritas, que esa historia no me suena...
acabo de descubrir que la que tiene que contar la historia del vendedor de patatas fritas es pin... ya me parecía a mi raro esa auto-petición...
al final entro en el concierto de estopa, que era en un hotel y me trata superbien una relaciones publicas a la que le cuento que el vendedor de patatas fritas me agobia un poco porque creo que esta confundiendo terminos, todo porque habia sido comprensiva con todos sus problemas y le habia escuchado. De todas formas ese sueño es un tanto difuso, creo que me quedé sin autografo de estopa ;)
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