lunes, septiembre 05, 2005
A la octava va la vencida!
Por fin, tras siete intentos infructuosos (por no madrugar lo suficiente o por la lluvia o por falta de decisión), este sábado conseguí llegar al final del cañón de Añisclo: Fuenblanca.
Desde donde se deja el coche (aparcamiento cercano a San Úrbez) hay unos 12 kilómetros de recorrido (de ida, y los mismos de vuelta, aunque los de vuelta parecen más...) con no demasiado desnivel (850 metros entre San Úrbez y Fuenblanca), pero algo rompepiernas... 4 horas de ida y otras 3'5 de vuelta subiendo y bajando dejan los pies algo maltrechos (7'5 horas en total, frente a las 9 que estiman en las guías... ¡buen ritmo llevamos!).
Como dice el texto de desnivel.es, de los cuatro grandes valles que surcan el macizo del Monte Perdido, el de Añisclo es sin duda alguna el más bravío y agreste de todos y también el que mayor riqueza botánica esconde. Y así es, recorrer el cañón es un espectáculo para varios de los sentidos, desde las partes en las que el río Vellós desciende encajonado entre las paredes del valle hasta el tramo final, un ensanchamiento más propio de valle glaciar, con la imponente mole del Mallo Oscuro, por cuya pared vertical se desploma la cascada de la Fuenblanca, nacimiento del río.
Mallo Oscuro y cascada de Fuenblanca (*), Añisclo
(*) Fuenblanca no es la cascada pequeñita más cercana sino la que se ve en medio de la pared vertical del mallo.
Desde donde se deja el coche (aparcamiento cercano a San Úrbez) hay unos 12 kilómetros de recorrido (de ida, y los mismos de vuelta, aunque los de vuelta parecen más...) con no demasiado desnivel (850 metros entre San Úrbez y Fuenblanca), pero algo rompepiernas... 4 horas de ida y otras 3'5 de vuelta subiendo y bajando dejan los pies algo maltrechos (7'5 horas en total, frente a las 9 que estiman en las guías... ¡buen ritmo llevamos!).
Como dice el texto de desnivel.es, de los cuatro grandes valles que surcan el macizo del Monte Perdido, el de Añisclo es sin duda alguna el más bravío y agreste de todos y también el que mayor riqueza botánica esconde. Y así es, recorrer el cañón es un espectáculo para varios de los sentidos, desde las partes en las que el río Vellós desciende encajonado entre las paredes del valle hasta el tramo final, un ensanchamiento más propio de valle glaciar, con la imponente mole del Mallo Oscuro, por cuya pared vertical se desploma la cascada de la Fuenblanca, nacimiento del río.
Mallo Oscuro y cascada de Fuenblanca (*), Añisclo
(*) Fuenblanca no es la cascada pequeñita más cercana sino la que se ve en medio de la pared vertical del mallo.
Etiquetas: Sobrarbe
comentarios:
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Ya era hora! Apunta una nueva conquista. Las 1,5 horas restantes eran para subir al mallo!... no para bañarse en la poza! jeje
jeje... estaba la poza a una temperatura como para baños... los pies y ya vale (está prohibido el baño, está dentro del parque)
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