domingo, mayo 11, 2008

 

Crónica desde Birmania

La prensa internacional no dispone de enviados en Birmania, así que las noticias llegan desde los cooperantes que ya estaban en el país antes del ciclón.

Esta es la crónica enviada ayer desde Rangún por Andrew Kirkwood, director de los programas de Save the Children en Birmania.

Para los organismos de ayuda que tratan de dar respuesta al ciclón en Birmania, se trata de una carrera contra el tiempo. Ha pasado una semana desde que el ciclón golpeó, pero creo que aún no se ha llegado a un gran número de personas, sobre todo en las zonas remotas en la región del Delta.

La magnitud de este desastre no tiene precedentes en Birmania, y necesita una respuesta a una escala sin precedentes. Mi organización, Save the Children, se encontraba en una posición afortunada por contar con 500 trabajadores sobre el terreno, y hemos sido capaces de llegar a 72.000 personas utilizando recursos locales. Sin embargo, esos suministros se están agotando. Se precisa una gran operación logística que implique al gobierno, los organismos internacionales de ayuda y las organizaciones comunitarias locales. Obligará a afrontar muchos problemas, pero puede y debe hacerse.


El mayor desafío para Save the Children en este momento es el transporte. Estamos tratando de crear nuestro propio conducto de distribución para distribuir suministros por el país y estamos estudiando todas las opciones, por aire, por mar y por tierra. A algunas de las zonas más gravemente afectadas sólo se puede llegar por barco. En esas zonas, las fotografías aéreas han sido nuestra única indicación de la devastación, en algunas zonas no ha quedado nada.


Estoy impresionado por el ingenio y la determinación de nuestro personal birmano, gracias a su conocimiento y contactos locales hemos conseguido hacernos con una pequeña flota de camiones y barcos. Alrededor del 80% de los barcos en la región fueron destruidos por el ciclón y los que hemos contratado están resultando vitales, permitiéndonos llegar a algunas de las zonas más remotas en el extremo sur occidental del Delta donde creemos que cerca de 150.000 personas están aisladas. El transporte también plantea el siguiente reto: todas las estaciones de combustible están controladas por el gobierno y las colas son de 2-3 kilómetros. El precio del combustible es cuatro veces más de lo que era antes del ciclón.


Hoy he recibido mi primer correo electrónico desde que ocurrió el ciclón y las líneas telefónicas son cada vez más fiables, a pesar de que la cobertura de telefonía móvil viene y va. Pero la situación fuera de Yangon (Rangún) es muy diferente. Las partes remotas del delta del Irrawaddy no tienen ninguna línea telefónica, así que mantener el contacto con nuestros equipos de trabajo en la zona es difícil.


Los medios internacionales se han hecho eco de que que la demora en obtener los visados es un problema y hace más frustrante todavía el trabajo. Con el fin de ampliar nuestra respuesta rápida y ayudar a cientos de miles de personas, necesitamos el apoyo y la experiencia de nuestros equipos de expertos de emergencia. Save the Children ha respondido a las emergencias en todo el mundo y la experiencia de trabajo en desastres como el tsunami y el ciclón Sidr en Bangladesh serían inestimables en Birmania.


Es vital que se encuentren soluciones rápidamente para acelerar y ampliar la respuesta. En este momento, estamos en un punto muerto y es importante que los esfuerzos internacionales para romper el estancamiento actual se mantengan. La comunidad internacional debe tener en cuenta que se precisarán años, no meses, para que el país se recupere. Estamos aquí para correr una carrera de larga distancia.
Una forma de ayudar desde Zaragoza: asistiendo al Concierto del sábado 17 de mayo en el Auditorio...

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