viernes, julio 08, 2005

 

Aventuras y desventuras en Cartago (IX): El negociante y los tesoros de mi mesilla

El negociante

La hija de Don Juan (cama 7, una pierna) me ha pedido un pase para que puedan entrar dos familiares más (ya sabéis, la famosa y multitudinaria hora de visitas). Voy a ver si lo consigo. Me ha contado que nuestro compañero Don Gerardo (cama 2, "la montaña es muy peligrosa, si, muy peligrosa") le pide 500 colones (unas 300 pesetas) por el pase. Ahora entiendo por qué nadie viene a visitar a Don Gerardo...

¡Será cabrón!

Media hora después Don Juan no quiere cenar y Don Gerardo le pide a la hija de Don Juan que no diga nada y que le pase la comida a él. ¡Y ella se la da! Hay dos tipos de personas...

Los tesoros de mi mesilla
(el martes por la noche)

Al fondo el neceser (del que sólo utilizo el cepillo y la pasta de dientes y el gel de baño);

más adelante el libro que me ha regalado con extensa dedicatoria la visitadora Mabel (muy simpática, ya sabéis, la de "Don Francisco, parece usted un misionero"), lo uso como mantel porque la mesilla no la limpian nunca y me sirve también como mesa de comer (no tengo otra);


Dedicatoria de Mabel
(el libro se titula Tesoros del pensamiento, nunca lo leí)

encima del "mantel" la botella de plástico que me consiguió el Guardia Civil;

junto a ella un paquete de pañuelos de papel, otro de chicles, la tarjeta de "España Directo", la agenda de teléfonos y un papel con el teléfono de los Agustinos de Ciudad de los Niños (conocidos de un amigo), por si no aguanto más y tengo que salir de aquí (aunque sea para caer en las manos de los agustinos...);

al lado, el libro que me ha dejado Luis, "La mujer habitada", de Gioconda Belli (que, por cierto, está muy bien);

también, el único caramelo que me queda de los que me regaló la visitadora Mabel (fundamentales para ahogar la náusea provocada por los antibióticos);

y por último dos toallitas refrescantes que he encontrado en mi mochila, por si se repite la situación de la otra noche.

Lo olvidaba, también tengo el cuaderno y el boli con los que tomo estas notas.

¡Dos cosas más! Escondido en el libro de Luis: el pase que acaba de conseguirme mi enfermera preferida para dárselo (gratis :-) a la hija de Don Juan (cama 7) y escondido en el cajón de la mesilla el rollo de papel higiénico que he encontrado muy en el fondo de mi mochila.

Nota posterior: La hija de Don Juan me regala el jueves en agradecimiento un billete antiguo de 5 colones (ya fuera de circulación). Subirá a la habitación llorando (por algo que ya os contaré que sucederá el jueves) y sólo para dármelo...

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comentarios:
Vaya dedicatoria. No se como seria el libro, pero la dedicatoria es ya bastante densa.

Me quedo con unos detalles:
"...con todo respeto y cariño..."
"...Dios da de todo, el quiso que asi fuera su estadia..."
"...una amiga viejilla de 53 años pero lo que vale es la persona, los sentimientos y el buen corazon..."

Y añade su nombre completo, pseudonimo, direccion completa y telefono...

Esta claro que la mujer queria algo mas que amistad!!!! ;-)

Que querria decir realmente cuando decia que te parecias a un misionero???
 
bueno...y quien dice que no haces conquistas...jejejeje...como hiciste para volverla tan loca????...ah???.....cual es el secreto???,,,la indiferencia????
 
cómo sois... pobre mujer... sólo la movían razones puramente humanitarias... si hubieseis visto mi estado no pensariais eso...
 
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