miércoles, septiembre 14, 2005
La tierra de mi sombrero (VI): sacrificio a los dioses
Tras el baño en el paradisíaco rio escondido en la selva nos dedicamos a la actividad fundamental de esta gente: dejar el tiempo correr sentados en la galería cubierta...
Entenderse en malayo o en su variante iban es francamente difícil y el guía-piloto-traductor-yloquehagafalta parece haber terminado ya su jornada laboral y pasa de nosotros. Por cierto, en el diccionario de la lengua de la Real Academa Española tenemos algunas palabras directamente robadas de la lengua de esta gente: bambu (bambú), kakak tua (literalmente "hermana mayor", cacatúa), mangga (mango), orang utan (literalmente "gente de la jungla", orangután), penggoling (literalmente "que se enrolla", pangolín). Desgraciadamente con esas palabras es difícil llevar una conversación, incluso construir una frase, así que la única actividad posible es jugar con los niños.
La sorpresa llega antes de cenar. Por supuesto, como huéspedes estamos invitados a cenar con ellos, pero antes deberemos rendir culto a sus dioses y llevar a cabo una pequeña ceremonia.
Malasia es un país oficialmente islámico pero dada la variedad de razas presentes en el país y también por razones históricas se practican otras religiones, fundamentalmente la budista, la hinduista y la católica. Bueno, todo eso es válido en el resto de Malasia. Aquí, en el interior de esta selva de Borneo, las cosas son algo diferentes. Estamos a diez horas y media en barco+bote+canoa (y eso en el siglo XXI) de Kuching, capital de la región. Hemos sido previamente tratados con un "cóctel profiláctico" contra la malaria y otras fiebres. Aquí no llegaron ni los curas, ni los monjes, ni los imanes. La religión mayoritaria de los Iban es la animista. Tienen muchos dioses y espíritus, con Petara a la cabeza. Sus disertaciones religiosas hablan de augurios, presagios y arroz. El objetivo fundamental de la religión aquí es "garantizar" una buena cosecha de arroz, base de su alimentación. Así que el arroz también tiene su espíritu y hay que mantenerlo contento.
Lo dicho, antes de cenar debemos ofrecer a los espíritus diversas viandas multiplicadas por siete (cardinal de nuestro grupo de visitantes). Así, en la foto siguiente veréis a Javi, nuestro negociador oficial, a punto de sacrificar una gallina y dándole unos "viajes" por encima de los siete platitos de arroz, siete huevos, siete platitos de etc etc. Toda esa comida no será para nosotros, sino que será ofrecida a los espíritus en un baúl que cuelga del techo y que podía verse en una foto anterior de la galería. Javi, hay que hacer bien la ceremonia, no olvides la extraña afición que tuvo esta gente a cortar cuellos ajenos...
Mientras Javi suda la gota gorda pensando en su cuello, Jorge le pega a un chupa-chups como si la cosa no fuera con él. Esto es lo que observa, quiere unirse al juego...
La fiesta del chupa-chups
Ummmmm... Vean en la foto lo que hay colgado de la pared... quedaría perfecto sobre mi cabeza...
Entenderse en malayo o en su variante iban es francamente difícil y el guía-piloto-traductor-yloquehagafalta parece haber terminado ya su jornada laboral y pasa de nosotros. Por cierto, en el diccionario de la lengua de la Real Academa Española tenemos algunas palabras directamente robadas de la lengua de esta gente: bambu (bambú), kakak tua (literalmente "hermana mayor", cacatúa), mangga (mango), orang utan (literalmente "gente de la jungla", orangután), penggoling (literalmente "que se enrolla", pangolín). Desgraciadamente con esas palabras es difícil llevar una conversación, incluso construir una frase, así que la única actividad posible es jugar con los niños.
La sorpresa llega antes de cenar. Por supuesto, como huéspedes estamos invitados a cenar con ellos, pero antes deberemos rendir culto a sus dioses y llevar a cabo una pequeña ceremonia.
Malasia es un país oficialmente islámico pero dada la variedad de razas presentes en el país y también por razones históricas se practican otras religiones, fundamentalmente la budista, la hinduista y la católica. Bueno, todo eso es válido en el resto de Malasia. Aquí, en el interior de esta selva de Borneo, las cosas son algo diferentes. Estamos a diez horas y media en barco+bote+canoa (y eso en el siglo XXI) de Kuching, capital de la región. Hemos sido previamente tratados con un "cóctel profiláctico" contra la malaria y otras fiebres. Aquí no llegaron ni los curas, ni los monjes, ni los imanes. La religión mayoritaria de los Iban es la animista. Tienen muchos dioses y espíritus, con Petara a la cabeza. Sus disertaciones religiosas hablan de augurios, presagios y arroz. El objetivo fundamental de la religión aquí es "garantizar" una buena cosecha de arroz, base de su alimentación. Así que el arroz también tiene su espíritu y hay que mantenerlo contento.
Lo dicho, antes de cenar debemos ofrecer a los espíritus diversas viandas multiplicadas por siete (cardinal de nuestro grupo de visitantes). Así, en la foto siguiente veréis a Javi, nuestro negociador oficial, a punto de sacrificar una gallina y dándole unos "viajes" por encima de los siete platitos de arroz, siete huevos, siete platitos de etc etc. Toda esa comida no será para nosotros, sino que será ofrecida a los espíritus en un baúl que cuelga del techo y que podía verse en una foto anterior de la galería. Javi, hay que hacer bien la ceremonia, no olvides la extraña afición que tuvo esta gente a cortar cuellos ajenos...
Mientras Javi suda la gota gorda pensando en su cuello, Jorge le pega a un chupa-chups como si la cosa no fuera con él. Esto es lo que observa, quiere unirse al juego...
La fiesta del chupa-chups
Ummmmm... Vean en la foto lo que hay colgado de la pared... quedaría perfecto sobre mi cabeza...
comentarios:
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Jajaja...
Guia/Traductor de malayo... 40 euros
Chupa-chups... 0,10 euros
Sombrero malayo... 20 euros
Foto sacrificando una gallina con cara de "no me metais mas presion"... no tiene precio.
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Foto sacrificando una gallina con cara de "no me metais mas presion"... no tiene precio.
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