lunes, junio 05, 2006
Conversaciones con un gorila
Contaba hace unos días al presentar la portada del primer número (de 1888) de la revista National Geographic que entre las 40 mejores portadas de revistas de los últimos 40 años, elegidas por la Sociedad Americana de Editores de Revistas de los Estados Unidos, había dos ejemplares de la NG. La primera de ellas era la historia de Sharbat Gula, de la que ya hablamos en su momento.
La segunda es la del mes de octubre de 1978, que da entrada al impactante artículo titulado "Conversaciones con un gorila".
El artículo es una joya. La doctora Francine Patterson cuenta en 30 páginas, ilustradas con fotos del también doctor Ronald H. Cohn, su trabajo de investigación sobre comunicación con animales. La protagonista del artículo es la gorila Koko, a quién puede verse en la portada fotografiando su imagen reflejada en un espejo. Posteriormente, al reconocerse en la foto, Koko diría en el lenguaje de signos de los sordos: "me encanta la cámara".
Koko era en el momento de escribirse ese artículo una gorila parlante de 7 años de edad. Era capaz de transmitir con el lenguaje de signos de los sordos incluso sentimientos: viendo una foto de otro gorila luchando para evitar ser bañado por sus cuidadores diría "yo lloro allí".
Para enseñarle, la Dra. Patterson le cogía las manos y le moldeaba la forma del signo asociándolo con su significado (con la presencia del objeto o la actividad correspondiente al signo), hasta que Koko fuese capaz de hacerlo por si misma. Tras los primeros 36 meses de entrenamiento Koko era capaz de manejar con seguridad 184 signos, es decir, usaba cada uno de esos signos de manera espontánea al menos una vez al día. En el momento de escribirse el artículo, con 7 años, manejaba perfectamente 375 signos.
A los 5 años Koko era capaz ya de mentir para evitar una reprimenda. Cuenta la Dra. Patterson que un día en el que ella estaba escribiendo y Koko estaba sentada a su lado, la gorila cogió un lápiz rojo y empezó a mordisquearlo y comérselo. Cuando Patterson la descubrió le preguntó: "no estarás comiéndote el lápiz, ¿no?". Koko respondió: "labios", y empezó a frotar con el lápiz rojo primero su labio superior y luego el inferior, como si los estuviese pintando.
Koko es capaz también de inventar palabras compuestas para llamar cosas nuevas. Por ejemplo, al enseñarle por primera vez una cebra la llamó "tigre blanco", o al enseñarle un muñeco de Pinocho lo llamó "niño elefante".
Tras aprender el lenguaje de signos, Koko también aprendió a entender el lenguaje hablado y a generarlo usando un teclado conectado a un sintetizador de voz.
En enero de 1985 un nuevo artículo en la revista NG describe cómo Koko dice que quiere un gatito. A la Dra. Patterson no le resulta extraño pues las historias preferidas de Koko son los "Los tres gatitos" y "El gato con botas". Koko llama a su mascota "Ball" pues carece de rabo. Algunas veces Ball se acurruca tranquilamente en el regazo de Koko (ver la portada). La mayor parte de las veces Ball está ansioso por morder y arañar a Koko. Ante ese comportamiento Koko se ríe o dice con signos "es odioso".
Leo en un artículo reciente que en la actualidad, con sus 35 años, Koko tiene un vocabulario de 1.000 signos y comprende aproximadamente 2.000 palabras en inglés. Inicia sus conversaciones con sus compañeros humanos con frases de tres a seis palabras, y tiene un coeficiente intelectual entre 70 y 95, en una escala humana donde 100 es considerado normal. Koko realizó un chateo por internet en el que unos 20.000 internautas intentaron comunicarse con ella. Durante unos 50 minutos Koko respondió con respuestas de una palabra a unos 750 internautas que le hicieron preguntas a través de su cuidadora, que las traducía al gorila.
¿Quieres conocer a Koko y verla hablar? ¡Visita su web!
La segunda es la del mes de octubre de 1978, que da entrada al impactante artículo titulado "Conversaciones con un gorila".
El artículo es una joya. La doctora Francine Patterson cuenta en 30 páginas, ilustradas con fotos del también doctor Ronald H. Cohn, su trabajo de investigación sobre comunicación con animales. La protagonista del artículo es la gorila Koko, a quién puede verse en la portada fotografiando su imagen reflejada en un espejo. Posteriormente, al reconocerse en la foto, Koko diría en el lenguaje de signos de los sordos: "me encanta la cámara".
Koko era en el momento de escribirse ese artículo una gorila parlante de 7 años de edad. Era capaz de transmitir con el lenguaje de signos de los sordos incluso sentimientos: viendo una foto de otro gorila luchando para evitar ser bañado por sus cuidadores diría "yo lloro allí".
Para enseñarle, la Dra. Patterson le cogía las manos y le moldeaba la forma del signo asociándolo con su significado (con la presencia del objeto o la actividad correspondiente al signo), hasta que Koko fuese capaz de hacerlo por si misma. Tras los primeros 36 meses de entrenamiento Koko era capaz de manejar con seguridad 184 signos, es decir, usaba cada uno de esos signos de manera espontánea al menos una vez al día. En el momento de escribirse el artículo, con 7 años, manejaba perfectamente 375 signos.
A los 5 años Koko era capaz ya de mentir para evitar una reprimenda. Cuenta la Dra. Patterson que un día en el que ella estaba escribiendo y Koko estaba sentada a su lado, la gorila cogió un lápiz rojo y empezó a mordisquearlo y comérselo. Cuando Patterson la descubrió le preguntó: "no estarás comiéndote el lápiz, ¿no?". Koko respondió: "labios", y empezó a frotar con el lápiz rojo primero su labio superior y luego el inferior, como si los estuviese pintando.
Koko es capaz también de inventar palabras compuestas para llamar cosas nuevas. Por ejemplo, al enseñarle por primera vez una cebra la llamó "tigre blanco", o al enseñarle un muñeco de Pinocho lo llamó "niño elefante".
Tras aprender el lenguaje de signos, Koko también aprendió a entender el lenguaje hablado y a generarlo usando un teclado conectado a un sintetizador de voz.
En enero de 1985 un nuevo artículo en la revista NG describe cómo Koko dice que quiere un gatito. A la Dra. Patterson no le resulta extraño pues las historias preferidas de Koko son los "Los tres gatitos" y "El gato con botas". Koko llama a su mascota "Ball" pues carece de rabo. Algunas veces Ball se acurruca tranquilamente en el regazo de Koko (ver la portada). La mayor parte de las veces Ball está ansioso por morder y arañar a Koko. Ante ese comportamiento Koko se ríe o dice con signos "es odioso".
Leo en un artículo reciente que en la actualidad, con sus 35 años, Koko tiene un vocabulario de 1.000 signos y comprende aproximadamente 2.000 palabras en inglés. Inicia sus conversaciones con sus compañeros humanos con frases de tres a seis palabras, y tiene un coeficiente intelectual entre 70 y 95, en una escala humana donde 100 es considerado normal. Koko realizó un chateo por internet en el que unos 20.000 internautas intentaron comunicarse con ella. Durante unos 50 minutos Koko respondió con respuestas de una palabra a unos 750 internautas que le hicieron preguntas a través de su cuidadora, que las traducía al gorila.
¿Quieres conocer a Koko y verla hablar? ¡Visita su web!
Etiquetas: National Geographic
comentarios:
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una historia apasionante, la de esta gorila.
Hace plantearse los límites entre lo humano y lo animal...
Hace plantearse los límites entre lo humano y lo animal...
Impresionante impresionante, lo que se puede llegar a conseguir con los animales.
Me pregunto yo, si algún día podríamos comunicarmos en condiciones con los animales, tipo Dr Dolittle
Me pregunto yo, si algún día podríamos comunicarmos en condiciones con los animales, tipo Dr Dolittle
y tdv hay gente k niega k descendamos de los monos...
Aunk esto no es nuevo, hay monos k tb intentan ser humanos (Rajoy, Acebes, Zaplana...) Dios, es verdad! perdon, cerdos k intentan ser humanos. Vergonzoso
Aunk esto no es nuevo, hay monos k tb intentan ser humanos (Rajoy, Acebes, Zaplana...) Dios, es verdad! perdon, cerdos k intentan ser humanos. Vergonzoso
si es que hay simios que parecen humanos y vicezaplana, perdón, viceversa...
saludos al nuevo visitante-comentarista, jynus
saludos al nuevo visitante-comentarista, jynus
Muy buena!
En veinticinco años de humanidad supuesta, mi vecino del quinto tambien ha aprendido el lenguaje de los gestos, y a decir "Co" y "eh". Es capaz de combinarlos gesto "eh" gesto con la cabeza "co". Un ejemplar delicioso de macho de lomo plateado por la caspa. Un tipo entrañable.
Hago extensible la critica politica al casi total de la "clase" politica. Una mala experiencia con alcaldes y consejeros de cuatro partidos distintos me ha desencantado. Por decirlo en fino. O como diria macho de lomo sucio . "jodo co".
En veinticinco años de humanidad supuesta, mi vecino del quinto tambien ha aprendido el lenguaje de los gestos, y a decir "Co" y "eh". Es capaz de combinarlos gesto "eh" gesto con la cabeza "co". Un ejemplar delicioso de macho de lomo plateado por la caspa. Un tipo entrañable.
Hago extensible la critica politica al casi total de la "clase" politica. Una mala experiencia con alcaldes y consejeros de cuatro partidos distintos me ha desencantado. Por decirlo en fino. O como diria macho de lomo sucio . "jodo co".
Interesante, entre esto y que los delfines se llaman entre ellos por nombres propios, habría que ver quien dominará el mundo en los próximos siglos.
creo que ya no quiero una ardilla para domesticarla... ahora quiero un gorila para mantener conversaciones inteligentes!
Muchos ya podrian aprender de Koko y su maestra...
http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_edicion=1067&id_firma=2611
http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_edicion=1067&id_firma=2611
Aaaaaala. Sabía algo del experimento pero ni idea de que se hubiera logrado todo eso.
ME recuerda al capitulo de los simpson que sale la misma doctora y los gorilas trabajando en la mina hablando:
mono1:Eh! he encontrado un diamante
mono2: Es circonio idiota!
:)
ME recuerda al capitulo de los simpson que sale la misma doctora y los gorilas trabajando en la mina hablando:
mono1:Eh! he encontrado un diamante
mono2: Es circonio idiota!
:)
Saben que manejar 1000 signos es bastante más de lo que manejan muchos humanos, que cuentan en su léxico con apenas 500 palabras.
Me gustaría preguntarle a Koko que piensa de la muerte, si cree en algún dios o si se siente diferente a los humanos.
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Me gustaría preguntarle a Koko que piensa de la muerte, si cree en algún dios o si se siente diferente a los humanos.
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