domingo, octubre 05, 2008
Los muy nobles Premios Ig Nobel (Apéndice D): el 2008
He estado a punto de no escribir este año sobre los Ig Nobel, pues seguro que llego tarde. Y es que ahora ya salen hasta en la sopa, en la prensa, en la TV...
Qué tiempos aquellos en los que escribías algo en un blog sobre los Ig Nobel y la gente pensaba que te habías comido una seta de la risa...
Bueno, si todavía queda algún extraterrestre, o alguien de Torrero, que no sabe de qué va, lo mejor es que lea las obras completas (cuidado, que los blogs en plan historia hay que leerlos de abajo a arriba, desde el preámbulo al apéndice D).
No voy a hacer el resumen de los Premios, ya está publicado por aquí y por allá. Sólo destacaré el premio de Química, aunque para mí, debería ser de Medicina.
Es un premio compartido. Claro que sí. Cuando un gran resultado científico se obtiene simultáneamente gracias al trabajo de dos equipos de investigación diferentes, separados por miles de kilómetros y sin conexión ni comunicación alguna entre ellos, es de justicia premiar a ambos y no sólo al equipo del país más fuerte, que sería lo esperable.
En definitiva, se ha hecho justicia y se ha premiado ex aequo a ambos equipos, al de la potente USA y al de la humilde Taiwan.
El equipo americano, compuesto por miembros de la Universidad de Puerto Rico, de la de Nueva Inglaterra y de la de Boston, ha descubierto que la Coca-Cola es un espermicida efectivo (publicado en el New England Journal of Medicine).
Por su parte, el equipo de la Universidad de Taiwan, ha descubierto justo lo contrario (publicado en la revista Human Toxicology).
Y es que la Medicina avanza que es una barbaridad...
Dejo algún día más el sónar puesto (ver la anotación anterior).
Qué tiempos aquellos en los que escribías algo en un blog sobre los Ig Nobel y la gente pensaba que te habías comido una seta de la risa...
Bueno, si todavía queda algún extraterrestre, o alguien de Torrero, que no sabe de qué va, lo mejor es que lea las obras completas (cuidado, que los blogs en plan historia hay que leerlos de abajo a arriba, desde el preámbulo al apéndice D).
No voy a hacer el resumen de los Premios, ya está publicado por aquí y por allá. Sólo destacaré el premio de Química, aunque para mí, debería ser de Medicina.
Es un premio compartido. Claro que sí. Cuando un gran resultado científico se obtiene simultáneamente gracias al trabajo de dos equipos de investigación diferentes, separados por miles de kilómetros y sin conexión ni comunicación alguna entre ellos, es de justicia premiar a ambos y no sólo al equipo del país más fuerte, que sería lo esperable.
En definitiva, se ha hecho justicia y se ha premiado ex aequo a ambos equipos, al de la potente USA y al de la humilde Taiwan.
El equipo americano, compuesto por miembros de la Universidad de Puerto Rico, de la de Nueva Inglaterra y de la de Boston, ha descubierto que la Coca-Cola es un espermicida efectivo (publicado en el New England Journal of Medicine).
Por su parte, el equipo de la Universidad de Taiwan, ha descubierto justo lo contrario (publicado en la revista Human Toxicology).
Y es que la Medicina avanza que es una barbaridad...
sábado, octubre 06, 2007
Los muy nobles Premios Ig Nobel (Apéndice C): el 2007
La verdad es que este año me han defraudado bastante. Leí ayer la reseña en la prensa diaria y pensé... pfffff qué sosos, este año ya no escribo nada sobre los Ig Nobel.
Pero claro, después de tantos años siguiéndolos con detalle (como puede verse aquí), me parece mal dejarlos colgados un año.
En fin, como os decía, el pasado 4 de octubre tuvo lugar la decimoséptima edición de los Premios Ig Nobel, celebrada como siempre en el Teatro Sanders de la Universidad de Harvard.
En esta edición no hay gran cosa destacable, tampoco hay nada sobre informática, ni sobre ingeniería en general.
Por no terminar ya esta anotación, citaré el premio recibido por un equipo español (catalán para más señas) del GRNC de la Universidad de Barcelona. Se trata del Premio Ig Nobel 2007 de Lingüística:
Por si habéis quedado preocupados por el posible impacto de los experimentos sobre los animalillos, os tranquilizaré diciendo que todo el proceso de experimentación ha sido aprobado por el Comité de Ética en Experimentación Animal de la Universidad de Barcelona y cumplía todas las normas catalanas y españolas para la experimentación con animales en laboratorio.
Hala. Queda así tratado el asunto de los Ig Nobel del 2007. Para los que descubren ahora estos reputados premios les recomiendo la lectura de las reseñas de ediciones anteriores.
Pero claro, después de tantos años siguiéndolos con detalle (como puede verse aquí), me parece mal dejarlos colgados un año.
En fin, como os decía, el pasado 4 de octubre tuvo lugar la decimoséptima edición de los Premios Ig Nobel, celebrada como siempre en el Teatro Sanders de la Universidad de Harvard.
En esta edición no hay gran cosa destacable, tampoco hay nada sobre informática, ni sobre ingeniería en general.
Por no terminar ya esta anotación, citaré el premio recibido por un equipo español (catalán para más señas) del GRNC de la Universidad de Barcelona. Se trata del Premio Ig Nobel 2007 de Lingüística:
Juan Manuel Toro, Josep Batista Trobalon y Núria Sebastián Gallés han obtenido este Premio por su demostración de que algunas veces las ratas son incapaces de distinguir la diferencia entre unas frases leídas al revés en japonés y otras en holandés, también al revés, por supuesto.O, como dicen textualmente los premiados en sus conclusiones:
In summary, rats’ abilities to extract prosodic cues from sentences of two different languages are greater than previously thought, for they can generalize those features to new sentences, while maintaining on the recurrent pattern of not being able to use any cue when sentences are played backward. When faced with the problem of different speakers, rats also have more difficulty in effectively discriminating among sentences.Podéis leer todos los detalles en el artículo "Effects of Backward Speech and Speaker Variability in Language Discrimination by Rats", publicado en la revista Journal of Experimental Psychology: Animal Behavior Processes (Vol. 31, No. 1, pp. 95–100, 2005).
Por si habéis quedado preocupados por el posible impacto de los experimentos sobre los animalillos, os tranquilizaré diciendo que todo el proceso de experimentación ha sido aprobado por el Comité de Ética en Experimentación Animal de la Universidad de Barcelona y cumplía todas las normas catalanas y españolas para la experimentación con animales en laboratorio.
Hala. Queda así tratado el asunto de los Ig Nobel del 2007. Para los que descubren ahora estos reputados premios les recomiendo la lectura de las reseñas de ediciones anteriores.
sábado, octubre 07, 2006
Los muy nobles Premios Ig Nobel (Apéndice B): el 2006
Fieles a su cita anual, el pasado 5 de octubre se entregaron los Premios Ig Nobel del 2006 en el Sanders Theatre de la Universidad de Harvard, y van ya 16 ediciones.
Posiblemente habréis leído en la prensa la lista de ganadores de esta edición y sus sorprendentes méritos. Aunque a estas alturas, no deberían sorprendernos los resultados de estas "investigaciones improbables". Recordad la gota del año pasado (aquí y aquí), la armadura anti-osos del año 98, el impresionante trabajo sobre la ley de Murphy del año 96 o las palomas inteligentes y aficionadas a la pintura del 95.
Dejaremos para otras bitácoras menos "serias" las referencias al Ig Nobel 2006 de Medicina (sobre la terminación del hipo mediante un masaje rectal digital), al de Ornitología (por un estudio que explica por qué los pájaros carpinteros no sufren de dolores de cabeza) o al de Biología (por demostrar que el mosquito 'Anopheles gambiae' que transmite la malaria, se siente atraído por el olor del queso tipo 'limburguer' y el hedor de pies humanos).
Por nuestra proximidad temática destacaremos el Ig Nobel en Matemáticas de este año: Ms. Nic Svenson y Dr. Piers Barnes, de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), por calcular cuántas fotos hay que hacer a un grupo de gente para tener seguridad (al 99%) de que en alguna de ellas todo el grupo tiene los ojos abiertos.
Ambos recogieron en Boston su premio donde el Dr. Barnes declaró:
Los detalles del razonamiento pueden encontrarse por ahí, por la red. Aquí simplemente pondremos una de las pruebas realizadas en la que Ms. Svenson... destrozaba el experimento.
Posiblemente habréis leído en la prensa la lista de ganadores de esta edición y sus sorprendentes méritos. Aunque a estas alturas, no deberían sorprendernos los resultados de estas "investigaciones improbables". Recordad la gota del año pasado (aquí y aquí), la armadura anti-osos del año 98, el impresionante trabajo sobre la ley de Murphy del año 96 o las palomas inteligentes y aficionadas a la pintura del 95.
Dejaremos para otras bitácoras menos "serias" las referencias al Ig Nobel 2006 de Medicina (sobre la terminación del hipo mediante un masaje rectal digital), al de Ornitología (por un estudio que explica por qué los pájaros carpinteros no sufren de dolores de cabeza) o al de Biología (por demostrar que el mosquito 'Anopheles gambiae' que transmite la malaria, se siente atraído por el olor del queso tipo 'limburguer' y el hedor de pies humanos).
Por nuestra proximidad temática destacaremos el Ig Nobel en Matemáticas de este año: Ms. Nic Svenson y Dr. Piers Barnes, de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), por calcular cuántas fotos hay que hacer a un grupo de gente para tener seguridad (al 99%) de que en alguna de ellas todo el grupo tiene los ojos abiertos.
Ambos recogieron en Boston su premio donde el Dr. Barnes declaró:
We are proud to have made a gross simplification of complex physiological and psychological factors backed up with no empirical data.Y añadió una interesante observación, muy útil para cualquier estudiante de doctorado:
Like many other theories, if enough assumptions are made, we are confident that our expression holds.El resultado ha sido resumido por el Dr. Barnes a los enviados especiales de esta bitácora en:
For groups of less than 20, you divide the number of people by three if there’s good light or a decent flash, and two if the light’s bad.
Los detalles del razonamiento pueden encontrarse por ahí, por la red. Aquí simplemente pondremos una de las pruebas realizadas en la que Ms. Svenson... destrozaba el experimento.
martes, octubre 11, 2005
Completando la noticia: la sexta gota
Ver el resto de la noticia en Los muy nobles Premios Ig Nobel (Apéndice A): la edición de 2005.
¡La repera! ¡¡¡Aquí puede verse en directo!!!
Más info.
Y una corrección de un error de mi traducción del inglés, se trata de brea.
lunes, octubre 10, 2005
Los muy nobles Premios Ig Nobel (Apéndice A): la edición de 2005
Tal vez leyesen, o no, en esta misma bitácora la historia en cuatro entregas sobre los Premios Ig Nobel:
Podemos destacar el impresionante trabajo premiado con el Ig Nobel 2005 de Física. El profesor John Mainstone, director del Centre for Astronomy, Solar Radiation and Climate de la Universidad del Sur de Queensland, Australia, y el primer profesor de Física de esa misma universidad, el ya fallecido profesor Thomas Parnell han sido premiados por su tenaz experimento iniciado en el año 1927 y que dista mucho de estar próximo a terminar. Se trata de una bola negra de alquitrán congelado que suelta una gota por un embudo aproximadamente cada 8 años.
Ig Nobel de Física, 2005
El iniciador del trabajo, Thomas Parnell, murió sólo un año después de caer la segunda gota.
Puede leerse un artículo sobre ese experimento en el European Journal of Physics, volumen 5, número 4, páginas 198-200, 1984. Poco después de la publicación de ese artículo, en julio de 1988, durante la Exposición Mundial de Brisbane, Australia, cayó la séptima gota.
La octava, y por el momento última, lo hizo a finales de noviembre del 2000. Muy tardana ella, la más lenta de todas, debido a que la Universidad decidió unos años antes instalar aire acondicionado en la sala, como explicaba el premiado profesor Mainstone poco después del esperado evento.
- Los muy nobles Premios Ig Nobel (I): preámbulo.
- Los muy nobles Premios Ig Nobel (II): quinquenio 1991-95.
- Los muy nobles Premios Ig Nobel (III): el gran año 96.
- Los muy nobles Premios Ig Nobel (y IV): hasta hoy.
Podemos destacar el impresionante trabajo premiado con el Ig Nobel 2005 de Física. El profesor John Mainstone, director del Centre for Astronomy, Solar Radiation and Climate de la Universidad del Sur de Queensland, Australia, y el primer profesor de Física de esa misma universidad, el ya fallecido profesor Thomas Parnell han sido premiados por su tenaz experimento iniciado en el año 1927 y que dista mucho de estar próximo a terminar. Se trata de una bola negra de alquitrán congelado que suelta una gota por un embudo aproximadamente cada 8 años.
Ig Nobel de Física, 2005
El iniciador del trabajo, Thomas Parnell, murió sólo un año después de caer la segunda gota.
Puede leerse un artículo sobre ese experimento en el European Journal of Physics, volumen 5, número 4, páginas 198-200, 1984. Poco después de la publicación de ese artículo, en julio de 1988, durante la Exposición Mundial de Brisbane, Australia, cayó la séptima gota.
La octava, y por el momento última, lo hizo a finales de noviembre del 2000. Muy tardana ella, la más lenta de todas, debido a que la Universidad decidió unos años antes instalar aire acondicionado en la sala, como explicaba el premiado profesor Mainstone poco después del esperado evento.
miércoles, junio 22, 2005
Los muy nobles Premios Ig Nobel (y IV): hasta hoy
En 1997, el Ig Nobel de “Literatura” bien podría haberlo sido de “Criptografía”. Doron Witztum, Eliyahu Rips y Yoav Rosenberg de Israel y Michael Drosnin de los Estados Unidos descubrieron que el libro del Génesis contiene un código secreto oculto. Demostraron que cuando el libro del Génesis se escribe en una matriz bidimensional, secuencias de letras equidistantes que construyen palabras de significados relacionados suelen aparecer muy próximamente, desarrollando herramientas cuantitativas de análisis estadístico para medir ese fenómeno.
La “Ingeniería de Seguridad” fue premiada con un Ig Nobel en 1998 en la figura de Troy Hurtubise, de North Bay, Ontario (Canadá). Troy obtuvo la distinción por haber diseñado y construido a lo largo de más de veinte años y luego probado personalmente una armadura de sesenta y siete kilos de peso capaz de resistir el ataque de los osos pardos. El mérito de Troy es aún mayor si se tiene en cuenta que North Bay está situado a unos 3200 tranquilizadores kilómetros del oso pardo (en libertad) más cercano. Según sus propias declaraciones su motivación fue puramente científica:
Uno de los premiados Ig Nobel en “Física” en 1999 fue Jean-Marc Vanden-Broeck, actualmente profesor de matemáticas en la Universidad de East Anglia (Reino Unido). Tras diecisiete años de investigaciones financiadas por la marina, la fuerza aérea y la National Science Foundation de los EEUU, mientras trabajaba en la Universidad de Wisconsin, el investigador de dinámica compleja de origen belga ha calculado cómo fabricar una tetera que no gotee. El Profesor Vanden-Broeck, que nunca bebe té, declara:
No incluimos imágenes de su aportación científica, pero la fotografía del propio premiado que puede encontrarse en su página web personal nos recuerda al objeto de los desvelos de Troy Hurtubise.
Y llegamos al año 2000, único hasta el momento en el que un premio Ig Nobel ha sido entregado en la disciplina de “Informática”. Chris Niswander de Tucson, Arizona (EEUU), desarrolló un programa que puede servirte para detectar si un gato ha estado caminando sobre el teclado de tu computador en tu ausencia. El programa, sin duda el producto estrella de la empresa BitBoost Systems y comercializado como PawSense, puede comprarse por tan solo veintiún euros (más gastos de envío).
Uno de los más importantes logros premiados con un Ig Nobel es sin duda el conseguido conjuntamente por John Keogh, de Hawthorn (Australia), y por la oficina de patentes de Australia en el año 2001 y premiado en la categoría de “Tecnología”. Se trata de un invento patentado con el número 2001100012 el día 2 de agosto de 2001 en esa oficina de patentes. Según el resumen aportado, se trata de un dispositivo circular para facilitar el transporte que incluye una llanta circular, un cojinete en el que una hendidura cilíndrica permite encajar una barra que gira, y unas estructuras auxiliares que aseguran que la llanta y la barra permanezcan estables, y la barra siempre girando en un plano perpendicular al plano de la llanta y situada en el centro de la superficie de la misma. Una imagen muy esclarecedora incluida por John Keogh en la documentación de la patente puede verse en la figura.
En el año 2002, el Ig Nobel de “Matemáticas” recayó en los profesores K.P. Sreekumar y G. Nirmalan (éste último a título póstumo) de la Universidad de Agricultura de Kerala (India) por su artículo publicado en la revista Veterinary Research Communications sobre la estimación de la superficie total del cuerpo de los elefantes indios.
El Ig Nobel 2003 en “Ingeniería” ha hecho finalmente justicia a los auténticos creadores de la Ley de Murphy. Se otorgó conjuntamente a John Paul Stapp, Edward A. Murphy, Jr., y George Nichols (en el caso de los dos primeros a título póstumo), por haber creado en el año 1949 el principio básico de la ingeniería que asegura que “si hay dos o más formas de hacer algo y una de ellas puede conducir a una catástrofe, entonces algún ingeniero lo hará de esa forma”. Recogió el premio Edward A. Murphy III, en nombre de su padre.
En septiembre de 2004 se celebró en el Sanders Theatre de la Universidad de Harvard la ceremonia de entrega de premios de la última edición y quedó abierta la convocatoria para los Premios Ig Nobel 2005.
El código secreto del Génesis (Ig Nobel 1997 en Literatura).
La “Ingeniería de Seguridad” fue premiada con un Ig Nobel en 1998 en la figura de Troy Hurtubise, de North Bay, Ontario (Canadá). Troy obtuvo la distinción por haber diseñado y construido a lo largo de más de veinte años y luego probado personalmente una armadura de sesenta y siete kilos de peso capaz de resistir el ataque de los osos pardos. El mérito de Troy es aún mayor si se tiene en cuenta que North Bay está situado a unos 3200 tranquilizadores kilómetros del oso pardo (en libertad) más cercano. Según sus propias declaraciones su motivación fue puramente científica:
“el oso pardo tiene mucho que ofrecer a la ciencia, pero no te puedes acercar a uno de ellos con tiempo para hacer ciencia, te mueres antes”.
Uno de los premiados Ig Nobel en “Física” en 1999 fue Jean-Marc Vanden-Broeck, actualmente profesor de matemáticas en la Universidad de East Anglia (Reino Unido). Tras diecisiete años de investigaciones financiadas por la marina, la fuerza aérea y la National Science Foundation de los EEUU, mientras trabajaba en la Universidad de Wisconsin, el investigador de dinámica compleja de origen belga ha calculado cómo fabricar una tetera que no gotee. El Profesor Vanden-Broeck, que nunca bebe té, declara:
“la tetera siempre ha sido un problema”.
No incluimos imágenes de su aportación científica, pero la fotografía del propio premiado que puede encontrarse en su página web personal nos recuerda al objeto de los desvelos de Troy Hurtubise.
Y llegamos al año 2000, único hasta el momento en el que un premio Ig Nobel ha sido entregado en la disciplina de “Informática”. Chris Niswander de Tucson, Arizona (EEUU), desarrolló un programa que puede servirte para detectar si un gato ha estado caminando sobre el teclado de tu computador en tu ausencia. El programa, sin duda el producto estrella de la empresa BitBoost Systems y comercializado como PawSense, puede comprarse por tan solo veintiún euros (más gastos de envío).
Programa para detectar gatos tecleando (Ig Nobel 2000 en Informática).
Uno de los más importantes logros premiados con un Ig Nobel es sin duda el conseguido conjuntamente por John Keogh, de Hawthorn (Australia), y por la oficina de patentes de Australia en el año 2001 y premiado en la categoría de “Tecnología”. Se trata de un invento patentado con el número 2001100012 el día 2 de agosto de 2001 en esa oficina de patentes. Según el resumen aportado, se trata de un dispositivo circular para facilitar el transporte que incluye una llanta circular, un cojinete en el que una hendidura cilíndrica permite encajar una barra que gira, y unas estructuras auxiliares que aseguran que la llanta y la barra permanezcan estables, y la barra siempre girando en un plano perpendicular al plano de la llanta y situada en el centro de la superficie de la misma. Una imagen muy esclarecedora incluida por John Keogh en la documentación de la patente puede verse en la figura.
Dispositivo circular para el transporte (Ig Nobel 2001 en Tecnología).
En el año 2002, el Ig Nobel de “Matemáticas” recayó en los profesores K.P. Sreekumar y G. Nirmalan (éste último a título póstumo) de la Universidad de Agricultura de Kerala (India) por su artículo publicado en la revista Veterinary Research Communications sobre la estimación de la superficie total del cuerpo de los elefantes indios.
El Ig Nobel 2003 en “Ingeniería” ha hecho finalmente justicia a los auténticos creadores de la Ley de Murphy. Se otorgó conjuntamente a John Paul Stapp, Edward A. Murphy, Jr., y George Nichols (en el caso de los dos primeros a título póstumo), por haber creado en el año 1949 el principio básico de la ingeniería que asegura que “si hay dos o más formas de hacer algo y una de ellas puede conducir a una catástrofe, entonces algún ingeniero lo hará de esa forma”. Recogió el premio Edward A. Murphy III, en nombre de su padre.
En septiembre de 2004 se celebró en el Sanders Theatre de la Universidad de Harvard la ceremonia de entrega de premios de la última edición y quedó abierta la convocatoria para los Premios Ig Nobel 2005.
jueves, junio 16, 2005
Los muy nobles Premios Ig Nobel (III): el gran año 96
El premio Ig Nobel 1996 en “Física” podemos considerarlo los informáticos como “muy nuestro”, motivo por el cual nos detendremos algo más en su descripción.
Lo obtuvo Robert Matthews de la Universidad Aston (Reino Unido) por sus estudios sobre la Ley de Murphy y, especialmente, por su artículo
publicado en julio de 1995 en el European Journal of Physics.
En él, Matthews demuestra por qué la tostada suele caer por el lado de la mantequilla. Nada tiene que ver la demostración con el efecto aerodinámico del lado untado de la tostada; se trata básicamente de un tema de gravedad y de tener algo en cuenta el efecto de fricción.
Más aún, Matthews demuestra que si las mesas sobre las que untamos las tostadas tuviesen tres metros de altura, en lugar de los habituales setenta centímetros, el problema desaparecería pues la tostada tendría espacio suficiente en su caída para dar una vuelta completa.
La curiosidad de Matthews no tiene límite, pues se pregunta a continuación por qué las mesas no tienen tres metros de altura. La respuesta es evidente: para poder ser útiles a los humanos. Ante este resultado, Matthews se plantea el porqué de la altura habitual de los humanos, y demuestra, usando un modelo de enlace químico, que la altura máxima que puede resultar segura para una criatura bípeda esencialmente cilíndrica, como un humano, es de tres metros. Por encima de esa altura una simple caída generaría una aceleración que podría provocar la ruptura de los enlaces químicos, con el consiguiente alto riesgo de fracturas generalizadas. Este límite reduce a un máximo de un metro y medio el límite de la altura de una mesa útil para humanos, altura con la cual no se puede garantizar todavía que la rotación de la tostada sea completa.
Parece por tanto que todos los organismos con características similares a los humanos, y untadores de tostadas, estamos condenados a experimentar esa manifestación de la Ley de Murphy. Por otra parte, Matthews propone una idea genial para resolver el problema, untar la mantequilla con la tostada situada a muy poca altura sobre un plato, de esta forma la tostada no tiene tiempo (o deberíamos decir espacio) en su caída para dar la vuelta.
Lo obtuvo Robert Matthews de la Universidad Aston (Reino Unido) por sus estudios sobre la Ley de Murphy y, especialmente, por su artículo
“Tumbling toast, Murphy’s Law and the fundamental constants”
publicado en julio de 1995 en el European Journal of Physics.
En él, Matthews demuestra por qué la tostada suele caer por el lado de la mantequilla. Nada tiene que ver la demostración con el efecto aerodinámico del lado untado de la tostada; se trata básicamente de un tema de gravedad y de tener algo en cuenta el efecto de fricción.
Más aún, Matthews demuestra que si las mesas sobre las que untamos las tostadas tuviesen tres metros de altura, en lugar de los habituales setenta centímetros, el problema desaparecería pues la tostada tendría espacio suficiente en su caída para dar una vuelta completa.
La curiosidad de Matthews no tiene límite, pues se pregunta a continuación por qué las mesas no tienen tres metros de altura. La respuesta es evidente: para poder ser útiles a los humanos. Ante este resultado, Matthews se plantea el porqué de la altura habitual de los humanos, y demuestra, usando un modelo de enlace químico, que la altura máxima que puede resultar segura para una criatura bípeda esencialmente cilíndrica, como un humano, es de tres metros. Por encima de esa altura una simple caída generaría una aceleración que podría provocar la ruptura de los enlaces químicos, con el consiguiente alto riesgo de fracturas generalizadas. Este límite reduce a un máximo de un metro y medio el límite de la altura de una mesa útil para humanos, altura con la cual no se puede garantizar todavía que la rotación de la tostada sea completa.
Parece por tanto que todos los organismos con características similares a los humanos, y untadores de tostadas, estamos condenados a experimentar esa manifestación de la Ley de Murphy. Por otra parte, Matthews propone una idea genial para resolver el problema, untar la mantequilla con la tostada situada a muy poca altura sobre un plato, de esta forma la tostada no tiene tiempo (o deberíamos decir espacio) en su caída para dar la vuelta.
lunes, junio 13, 2005
Los muy nobles Premios Ig Nobel (II): quinquenio 1991-95
Comenzaremos la historia por la primera edición de los Ig Nobel.
Nada menos que J. Danforth Quayle obtuvo el premio Ig Nobel en “Educación” en 1991. Dan Quayle, vicepresidente de los Estados Unidos de América del Norte de 1989 a 1993 durante el mandato presidencial de George Bush (padre), consumidor de tiempo y ocupador de espacio, fue premiado por demostrar mejor que nadie la necesidad de la educación científica para todos los ciudadanos, incluidos los vicepresidentes de los EEUU. Son frases suyas las siguientes: “Para la NASA, el espacio es todavía una gran prioridad” (en su discurso a los empleados de la NASA el 5 de septiembre de 1990), o “Ha llegado el tiempo de la carrera humana para entrar en el sistema solar” (en su informe sobre las misiones a Marte).
En 1992, el Ig Nobel de “Literatura” lo recibió un científico de gran prestigio, el soviético Yuri Struchkov (1926-1995). Fue uno de los pioneros de la cristalografía de rayos X. No obstante, el profesor Struchkov no recibió el Ig Nobel por ninguna de sus importantes aportaciones en el ámbito de la cristalografía o de la química, sino por su sorprendente y prolífica capacidad para escribir. Entre 1981 y 1990 escribió un total de 948 artículos científicos, es decir, un artículo cada 3’9 días, incluidos sábados, domingos y fiestas soviéticas de guardar.
Uno de los premios de 1993 fue otorgado en el área de la “Tecnología Visionaria”. El merecedor del premio fue Jay Schiffman de Farmington Hills, Michigan (EEUU), por un invento: el AutoVision. Se trata de un dispositivo que permite conducir un coche y mirar la televisión al mismo tiempo. La concesión del premio se hizo conjuntamente a Jay y al Consejo Legislativo de Michigan (el parlamento del estado, para entendernos), por aprobar la legalidad de dicho invento.
La Iglesia Baptista del Sur, de Alabama (EEUU), fue merecedora en 1994 del premio Ig Nobel en “Matemáticas”. El premio fue otorgado por las medidas matemáticas de la moralidad. Dicha Iglesia realizó una estimación condado a condado de cuántos ciudadanos de Alabama irían al infierno en caso de no arrepentirse. Los peor parados fueron los residentes del condado de Shelby: un 63’5% de sus habitantes se condenaría según la Iglesia Baptista del Sur. Por el contrario, debemos tomar ejemplo de los ciudadanos del condado de Marengo, sólo un 23’1% de ellos se quemaría en el fuego eterno.
Del año 1995 destacamos el premio Ig Nobel en “Sicología” compartido por Shigeru Watanabe, Junko Sakamoto y Masumi Wakita, de la Universidad Keio de Japón, por un artículo publicado en la revista Journal of the Experimental Analysis of Behavior. En dicho artículo presentan los resultados de un trabajo en que demuestran cómo las palomas pueden aprender a discriminar entre cuadros de Picasso y cuadros de Monet, presentándoles diapositivas en color de los mismos. Tras el entrenamiento, las palomas eran capaces de decidir la autoría de cuadros de ambos que previamente no les habían sido mostrados. Y lo que es más asombroso, se obtuvieron generalizaciones del resultado anterior planteando discriminaciones de cuadros de Cezanne, Renoir, Braque y Matisse. Incluimos aquí la referencia a este premio pues si bien fue categorizado en el campo de la sicología, según algunos puede tener evidentes relaciones con el dominio de la inteligencia artificial.
Nada menos que J. Danforth Quayle obtuvo el premio Ig Nobel en “Educación” en 1991. Dan Quayle, vicepresidente de los Estados Unidos de América del Norte de 1989 a 1993 durante el mandato presidencial de George Bush (padre), consumidor de tiempo y ocupador de espacio, fue premiado por demostrar mejor que nadie la necesidad de la educación científica para todos los ciudadanos, incluidos los vicepresidentes de los EEUU. Son frases suyas las siguientes: “Para la NASA, el espacio es todavía una gran prioridad” (en su discurso a los empleados de la NASA el 5 de septiembre de 1990), o “Ha llegado el tiempo de la carrera humana para entrar en el sistema solar” (en su informe sobre las misiones a Marte).
En 1992, el Ig Nobel de “Literatura” lo recibió un científico de gran prestigio, el soviético Yuri Struchkov (1926-1995). Fue uno de los pioneros de la cristalografía de rayos X. No obstante, el profesor Struchkov no recibió el Ig Nobel por ninguna de sus importantes aportaciones en el ámbito de la cristalografía o de la química, sino por su sorprendente y prolífica capacidad para escribir. Entre 1981 y 1990 escribió un total de 948 artículos científicos, es decir, un artículo cada 3’9 días, incluidos sábados, domingos y fiestas soviéticas de guardar.
Uno de los premios de 1993 fue otorgado en el área de la “Tecnología Visionaria”. El merecedor del premio fue Jay Schiffman de Farmington Hills, Michigan (EEUU), por un invento: el AutoVision. Se trata de un dispositivo que permite conducir un coche y mirar la televisión al mismo tiempo. La concesión del premio se hizo conjuntamente a Jay y al Consejo Legislativo de Michigan (el parlamento del estado, para entendernos), por aprobar la legalidad de dicho invento.
La Iglesia Baptista del Sur, de Alabama (EEUU), fue merecedora en 1994 del premio Ig Nobel en “Matemáticas”. El premio fue otorgado por las medidas matemáticas de la moralidad. Dicha Iglesia realizó una estimación condado a condado de cuántos ciudadanos de Alabama irían al infierno en caso de no arrepentirse. Los peor parados fueron los residentes del condado de Shelby: un 63’5% de sus habitantes se condenaría según la Iglesia Baptista del Sur. Por el contrario, debemos tomar ejemplo de los ciudadanos del condado de Marengo, sólo un 23’1% de ellos se quemaría en el fuego eterno.
Del año 1995 destacamos el premio Ig Nobel en “Sicología” compartido por Shigeru Watanabe, Junko Sakamoto y Masumi Wakita, de la Universidad Keio de Japón, por un artículo publicado en la revista Journal of the Experimental Analysis of Behavior. En dicho artículo presentan los resultados de un trabajo en que demuestran cómo las palomas pueden aprender a discriminar entre cuadros de Picasso y cuadros de Monet, presentándoles diapositivas en color de los mismos. Tras el entrenamiento, las palomas eran capaces de decidir la autoría de cuadros de ambos que previamente no les habían sido mostrados. Y lo que es más asombroso, se obtuvieron generalizaciones del resultado anterior planteando discriminaciones de cuadros de Cezanne, Renoir, Braque y Matisse. Incluimos aquí la referencia a este premio pues si bien fue categorizado en el campo de la sicología, según algunos puede tener evidentes relaciones con el dominio de la inteligencia artificial.
viernes, junio 10, 2005
Los muy nobles Premios Ig Nobel (I): preámbulo
Todo el mundo que ve la televisión o lee la prensa conoce la existencia de los Premios Nobel, instituidos por el inventor de la dinamita, el sueco Alfred Nobel, en su testamento gracias a los beneficios obtenidos por sus 355 patentes registradas en todo el mundo. La gran mayoría de científicos nunca ganará un Premio Nobel pues se requiere haber hecho algo importante que cambie el mundo, que lo cambie en sentido positivo y, además, que esto ocurra antes de morir el investigador.
No obstante, los científicos de todas las ramas del saber tienen otra oportunidad de ser premiados por su imaginación, ingenio y perseverancia, y los que no son científicos también. Los premios Ig Nobel (que en inglés suena como “ignoble”, es decir innoble) se entregan cada año a científicos, profesores y también a “gente normal” por sus logros en cualquiera de las ciencias o ingenierías. Son organizados por la revista americana de humor científico Annals of Improbable Research (anales de la investigación inverosímil), publicación que pretende hacer a la gente reír y luego pensar. Y esas son precisamente las condiciones para ser premiado con uno de los 10 premios Ig Nobel entregados cada año, conseguir algún logro científico inverosímil que combine el humor con la reflexión.
La ceremonia de entrega de los premios, que se celebra anualmente en la Universidad de Harvard, está patrocinada por varias asociaciones de esa misma Universidad. No en vano, varios profesores premiados con el Nobel (el instituido por Alfred) participan en la iniciativa y entregan algunos de los premios a sus “colegas Ig Nobel”.
Seguramente la mejor manera de describir los premios Ig Nobel sea hacer un recorrido por algunos de los méritos de las personas premiadas desde la creación del galardón en 1991 hasta la actualidad. En los capítulos siguientes me centraré en los premios menos lejanos temáticamente a la informática (únicamente en el año 2000 se otorgó un premio Ig Nobel específicamente “en Informática”). Creo que resultará divertido...
No obstante, los científicos de todas las ramas del saber tienen otra oportunidad de ser premiados por su imaginación, ingenio y perseverancia, y los que no son científicos también. Los premios Ig Nobel (que en inglés suena como “ignoble”, es decir innoble) se entregan cada año a científicos, profesores y también a “gente normal” por sus logros en cualquiera de las ciencias o ingenierías. Son organizados por la revista americana de humor científico Annals of Improbable Research (anales de la investigación inverosímil), publicación que pretende hacer a la gente reír y luego pensar. Y esas son precisamente las condiciones para ser premiado con uno de los 10 premios Ig Nobel entregados cada año, conseguir algún logro científico inverosímil que combine el humor con la reflexión.
La ceremonia de entrega de los premios, que se celebra anualmente en la Universidad de Harvard, está patrocinada por varias asociaciones de esa misma Universidad. No en vano, varios profesores premiados con el Nobel (el instituido por Alfred) participan en la iniciativa y entregan algunos de los premios a sus “colegas Ig Nobel”.
Seguramente la mejor manera de describir los premios Ig Nobel sea hacer un recorrido por algunos de los méritos de las personas premiadas desde la creación del galardón en 1991 hasta la actualidad. En los capítulos siguientes me centraré en los premios menos lejanos temáticamente a la informática (únicamente en el año 2000 se otorgó un premio Ig Nobel específicamente “en Informática”). Creo que resultará divertido...