miércoles, enero 03, 2007

 

30 años de viaje con Voyager

Así como el año pasado fue para mi el año Mozart, el que empieza será el "año Voyager", porque durante este verano se cumplirá la anotación del...
... año 30 en el cuaderno de bitácora de las naves gemelas Voyager 1 y 2.
En mi opinión, las Voyager siguen siendo el mayor orgullo de la tecnología terrícola.

Hace unos meses ya poníamos una foto tomada desde una de ellas, a modo de pequeño homenaje a la inteligencia del hombre al tiempo que humilde denuncia de la gran estupidez de los nacionalistas.

Las fechas del lanzamiento, en agosto y septiembre de 1977, se programaron para utilizar un alineamiento de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, que permitiera el viaje de una aeronave entre ellos minimizando energía y tiempo, aprovechándose de la ayuda gravitacional de los grandes planetas.

Quedan atrás las visitas a Júpiter (1979, el V-1 y el V-2), Saturno (1980 el V-1, 1981 el V-2), Urano (1986, V-2), Neptuno (1989, V-2)... y por allá van, a unos 15 mil millones de kilómetros de distancia de nosotros (unas 100 veces más que la distancia de la Tierra al Sol), alejándose a 17 kilómetos por segundo. El Voyager 1 es el artefacto terrestre que ha llegado más lejos. Y no paran de hacer cosas. Aquí tenéis el fichero de la actividad prevista para esta semana.

Pesan algo menos que un coche pequeño. Plegándoles un par de bracitos de 10 y 13 metros que tienen, cabrían en un cubo de 4x4 metros. Llevan tecnología de los años 70, cuando se construyeron:
Hablemos de los computadores de a bordo. Fueron construidos "a domicilio" por General Electric a partir de las especificaciones realizadas por el JPL (Jet Propulsion Laboratory de la NASA). Hay tres tipos de procesadores, variaciones del RCA 1802 (a 6.4 MHz), en cada nave Voyager y cada uno de ellos está presente por duplicado:

Así que, sumando, el tamaño total de la memoria entre los seis procesadores (de cada nave) es de unos 541 Kbytes. ¿Quién querría hoy en día ese "lote" en lugar del PC de su casa?

No he conseguido mucha información sobre el software, pero sí al menos este detalle: los algoritmos de recuperación en caso de fallos que van en el CCS ocupan un 10% de su memoria, es decir, unas 400 palabras. Y ahí los tenéis; con 400 palabras de código han recuperado los fallos en el espacio exterior durante 30 años.

Los datos científicos captados (bien grabados previamente o bien obtenidos en tiempo real) se envían a la Tierra a velocidades comprendidas entre 160 bps y 1.4 kbps, una vez cada seis meses.

Se espera que las Voyager permanezcan plenamente operativas hasta alrededor de 2020, cuando la energía (atómica) de que disponen será ya insuficiente para mantener en funcionamiento los instrumentos a bordo. En ese momento dejarán de ser una misión interestelar para convertirse en chatarra interestelar.

Pero aún cuando viajen perdidas por el espacio seguirán siendo potencialmente útiles. Gracias al empeño del recordado Dr. Carl Sagan (también conocido como Mr X), llevan a bordo un mensaje para quien las encuentre: un disco de oro de 12 pulgadas con grabaciones de 115 imágenes y varios sonidos que muestran la diversidad de la vida y la cultura en la Tierra. Por ejemplo, contiene un breve saludo en 55 lenguas terrícolas diferentes, entre ellas el español (aquí puede oirse el mensaje original, no esperéis gran cosa).

Toda la información sobre estos ingenios se encuentra en su página web.

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