miércoles, agosto 29, 2007

 

Foto: ajedrez

Foto: Javifields
Salí temprano de casa para llegar al parque junto a la muralla. El mismo camino, a la misma hora, como todos los días en los últimos veinte años.

No le conocía, es decir, sólo sé que se llamaba Constantin y que le incomodaba jugar con blancas. No hablábamos, no nos mirábamos.

Pasábamos apenas una hora cada día en el banco, con nuestro tablero. Al principio era nuevo pero últimamente se confundían las casillas negras con las blancas, y las piezas blancas parecían más bien tostadas, a fuerza de sol.

Salí temprano de casa, decía, pero no encontré a nadie en el banco. Volví al día siguiente, al otro y al otro. Nada.

Sigo yendo a diario y cada día rememoro una partida jugada. Y así lo haré durante los próximos veinte años, si puedo.

Sibiu, 18 de agosto de 2006

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comentarios:
Me gusta. Muy literario.
El de la boina negra está muy pensativo...
 
gracias!
y el de sombrero blanco muy mala leche tenía... :-D
 
Ja ja, si tiene pinta ;)
 
Tambien es muy común en los parques rumanos ver jugar al "table". Es un juego con unas fichas como el de las damas y dos dados, los tableros de ajedrez en Rumanía suelen tener un tablero de table por el otro lado o por dentro.

Y muy bonito relato.
Un saludo.
 
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