martes, julio 15, 2008
Pheerapoon tenía derecho a no ser un campeón
Con tan sólo 11 años y escasos 25 kilogramos, Pheerapoon ha participado en 23 combates y ganado 16. Hace tres meses su oponente le rompió dos costillas. En una pelea anterior se fracturó el peroné. Él asegura haber hecho más daño a sus oponentes. El diminuto boxeador, que apenas supera la altura de las cuerdas del ring, recibe cerca de 6 euros por victoria, propinas aparte. "Si hago ganar mucho dinero en las apuestas, me dan algo más para animarme. Mi padre se queda con todo lo que gano" asegura. Al contrario que la mayoría de sus compañeros, Pheerapoon nació y vive en Bangkok. Su padre, que tiene un puesto de caramelos y refrescos en la calle, asegura que necesita esos ingresos extra y está convencido de que su hijo sacará a la familia de la miseria. ¿Jugar con otros niños? "No tiene tiempo, debe entrenar duro", dice. Pheerapoon hace más de 500 abdominales diarias, cientos de flexiones, corre varios kilómetros, pelea con boxeadores que le doblan el peso y golpea el saco durante horas. Su cuerpo, aunque por tamaño podría ser el de un niño dos o tres años menor, tiene los músculos marcados por el ejercicio constante. Su estómago puede soportar patadas, puñetazos y rodillazos sin apenas inmutarse. "Cuando salto al ring, el oponente se cree que podrá conmigo porque soy más pequeño, pero casi siempre gano porque soy más rápido", dice Pheerapoon repitiendo lo que ha oído decir tantas veces a su entrenador.
Informe "Niños en competición", Save the Children
Etiquetas: sociedad