martes, septiembre 20, 2005

 

La tierra de mi sombrero (VII): amanecer en una casa Iban

Tras la ofrenda a los espíritus y la cena de arroz con pollo pasamos la noche en el dormitorio de la casa del jefe. A él ni le vemos pero nos recibe amablemente su mujer. La mujer del jefe es también un cargo importante en una longhouse. La casa del jefe consta de dos habitáculos espaciosos, una cocina al fondo y al lado de la cocina un cuartucho con un agujero en el suelo que hace las veces de baño (en un ventanuco, un macaco encerrado en una jaula y con bastante mal genio). Los colchones no son gran cosa pero la habitación es bastante mejor que algunas otras que hemos conocido en "hoteles" de esta zona o de otras partes...


Durmiendo en la casa del jefe

Antes de dormir nos ofrecen un libro de visitas para que escribamos lo que queramos. Contamos firmas y nombres de no más de una veintena de visitantes a la longhouse en lo que llevamos de año (estamos en agosto). Nos sentimos unos privilegiados por estar allí con ellos y así se lo hacemos saber por escrito en inglés y en español (en realidad se lo hacemos saber a futuros visitantes, que por otra parte lo sabrán perfectamente... en fin, es igual).

Para desayunar nos ofrecen un trago de licor de arroz "Cap Pelantuk - Arak Merah", 35% de alcohol, 4 ringits la botella, es decir, 1 euro (lo sé porque es uno de los regalos que les hemos traído). Mis compañeros declinan la invitación. Yo, más amante de los digestivos y espirituosos, y sobre todo amantísimo de mi cuello (rechazar comida o bebida en una casa Iban no está bien visto y, en caso de tener que hacerlo, existe un gesto específico para ello que por supuesto desconocemos) acepto gustoso y me echo un buen trago a su salud. Todos sonreimos ampliamente y salvamos los cuellos.

Me levanto de la mesa (osea, del suelo, pues aquí se come en el suelo) con la garganta aún caliente y salgo a admirar el paisaje (ayer, tanto baño y tantas emociones fuertes sentados en la galería, apenas tuvimos tiempo).


Amanecer en la selva de Borneo

Cuando entro todos empiezan a dedicarse a lo habitual: dejar el tiempo correr sentados en la galería. Igor y Silvia, sin duda los más lanzados de los expedicionarios, se han unido al corrillo de mujeres y niños. Me pregunto de qué les hablarán...


Charlando en el corrillo mañanero

¿Habrán retirado la comida de la ofrenda a los espíritus del baúl que cuelga del techo o habrá empezado a pudrirse allí mismo? Y el sombrero sigue colgado en la misma pared...

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comentarios:
Madre mía, esto si es escribir contínuamente en un blog, con cambio de look y todo ;)
He leído también el mensaje del Urdiceto (no había podido meterme a leer antes) y me ha gustado, sobre todo lo de la jarra de cervecita al bajar xD; q sea murphys por favor
 
pa que veais lo que es dedicación a un blog...
 
desde luego... para lo que me pagan por esto... :-/
 
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