lunes, abril 13, 2009
Bangkok: clic, clic, clic
Bangkok está "movido" estos días. Hasta el punto que el MAEC (antes MAE, quién sabe cómo se llamará mañana... ¿Ministerio de "Exterioridad" y "Comercialidad"?) desaconseja viajar allí. Algo inaudito para este tranquilo país, el país de la gente libre.
Hay ciudades que se recuerdan por el trato de sus habitantes, hay ciudades que se recuerdan por las imágenes, hay ciudades que se recuerdan por los sonidos. Yo recuerdo Bangkok por los olores. Lo primero que me llamó la atención al llegar al aeropuerto fue el olor a comida especiada mezclado con contaminación y humedad. Y ese olor se quedó en mi nariz durante toda la estancia.
Y desde luego no es una ciudad silenciosa. La experiencia de corretear en un tuc-tuc por entre el loco tráfico de las principales calles es poco aconsejable para cardiacos. No sé si habrá mejorado la contaminación, cuando yo estuve los peatones iban por la calle con mascarillas de médico.
Y ya que hablamos de tuc-tuc, el transporte éste tiene sus peculiaridades de uso. Supuestamente se trata de una alternativa barata al taxi normal. En la realidad, desde luego es barato, pero te lleva a donde quiere y no a donde le dices. Con escasas variantes, la carrera consiste en un itinerario por tiendas diversas en las que tienes oportunidad de comprar "gangas", según el conductor (joyerías donde comprar piedras preciosas, almacenes en los que hacerte un traje de seda a medida, etc.). Digo que es barato porque tras soportar la visita a dos o tres tiendas sueles optar por abandonar al tuc-tuc y a su conductor a la salida de una de esas tiendas sin pagarle absolutamente nada.
Puedes ver otros clics de Bangkok en las anotaciones previas sobre reparto de tareas, adiestramiento de elefantes, el Gran Palacio y el mercado flotante de Damnoen Saduak.
Hay ciudades que se recuerdan por el trato de sus habitantes, hay ciudades que se recuerdan por las imágenes, hay ciudades que se recuerdan por los sonidos. Yo recuerdo Bangkok por los olores. Lo primero que me llamó la atención al llegar al aeropuerto fue el olor a comida especiada mezclado con contaminación y humedad. Y ese olor se quedó en mi nariz durante toda la estancia.
Y desde luego no es una ciudad silenciosa. La experiencia de corretear en un tuc-tuc por entre el loco tráfico de las principales calles es poco aconsejable para cardiacos. No sé si habrá mejorado la contaminación, cuando yo estuve los peatones iban por la calle con mascarillas de médico.
Y ya que hablamos de tuc-tuc, el transporte éste tiene sus peculiaridades de uso. Supuestamente se trata de una alternativa barata al taxi normal. En la realidad, desde luego es barato, pero te lleva a donde quiere y no a donde le dices. Con escasas variantes, la carrera consiste en un itinerario por tiendas diversas en las que tienes oportunidad de comprar "gangas", según el conductor (joyerías donde comprar piedras preciosas, almacenes en los que hacerte un traje de seda a medida, etc.). Digo que es barato porque tras soportar la visita a dos o tres tiendas sueles optar por abandonar al tuc-tuc y a su conductor a la salida de una de esas tiendas sin pagarle absolutamente nada.
Puedes ver otros clics de Bangkok en las anotaciones previas sobre reparto de tareas, adiestramiento de elefantes, el Gran Palacio y el mercado flotante de Damnoen Saduak.
Etiquetas: Tailandia
martes, diciembre 04, 2007
Mercados (II): exotismo
En la primera entrada de esta miniserie aparecía el "rey de los mercados limpios y ordenados": un mercado de Naantali (Finlandia) y nada menos que de flores. ¡Aburridísimo para cualquier viajero! (incluso para muchos turistas).
¿O quizás no?
Si en los viajes buscamos algo distinto a lo que tenemos en nuestro lugar habitual de residencia... creo que tengo una ligera idea de a quién le resultaría interesante el mercado de flores de Naantali: a cualquier vendedora del mercado flotante de Damnoen Saduak, a un par de horas de viaje de Bangkok, en Tailandia.
Ese sí que es un mercado exótico y divertido para los serios y organizados europeos. Olores, sabores, colores, sonidos, los puestos del mercado... todo es diferente.
Y no sólo el mercado, sino que el camino para llegar también resulta excitante: en canoa por esos ríos en los que lo último que apetece es bañarse (y no por la temperatura del agua).
Votación:
(Fotos: Javifields. Reconozco que no son muy buenas esta vez. Si quieres ver más y mejores fotos del sitio, pincha aquí.)
¿O quizás no?
Si en los viajes buscamos algo distinto a lo que tenemos en nuestro lugar habitual de residencia... creo que tengo una ligera idea de a quién le resultaría interesante el mercado de flores de Naantali: a cualquier vendedora del mercado flotante de Damnoen Saduak, a un par de horas de viaje de Bangkok, en Tailandia.
Ese sí que es un mercado exótico y divertido para los serios y organizados europeos. Olores, sabores, colores, sonidos, los puestos del mercado... todo es diferente.
Y no sólo el mercado, sino que el camino para llegar también resulta excitante: en canoa por esos ríos en los que lo último que apetece es bañarse (y no por la temperatura del agua).
Votación:
- los que prefieran el mercado de flores de Naantali que digan "N";
- los que prefieran este mercado, el mercado flotante de Damnoen Saduak, que digan "D".
(Fotos: Javifields. Reconozco que no son muy buenas esta vez. Si quieres ver más y mejores fotos del sitio, pincha aquí.)
Etiquetas: mercados, Tailandia
viernes, junio 16, 2006
El rey del país de la gente libre
El Rey Bhumibol acaba de cumplir sesenta años en el trono, que se dice pronto. En el trono del único país del sudeste asiático que nunca ha sido colonizado: Tailandia, Prathet Thai, ประเทศไทย, el país de la gente libre.
Fotógrafo: Javifields
El Wat Phra Kaew, dentro del complejo del Gran Palacio de Bangkok, guarda la capilla del Buda Esmeralda. Es un pequeño Buda de jade cubierto con un vestido de oro. Existen tres juegos distintos del vestido y son cambiados tres veces al año por el Rey en persona en las ceremonias que se celebran al inicio de la 4ª, la 8ª y la 12ª luna menguante de cada año, correspondientes con las tres estaciones tailandesas, la cálida, la lluviosa y la fresca.
Fotógrafo: Javifields
El Wat Phra Kaew, dentro del complejo del Gran Palacio de Bangkok, guarda la capilla del Buda Esmeralda. Es un pequeño Buda de jade cubierto con un vestido de oro. Existen tres juegos distintos del vestido y son cambiados tres veces al año por el Rey en persona en las ceremonias que se celebran al inicio de la 4ª, la 8ª y la 12ª luna menguante de cada año, correspondientes con las tres estaciones tailandesas, la cálida, la lluviosa y la fresca.
Etiquetas: Tailandia
viernes, diciembre 02, 2005
Animalicos: Dumbo and friends
El País del Jardin de Rosas es un sitio para turistas cerca de Bangkok donde puedes ver, además de rosas, diferentes manifestaciones de la cultura tailandesa.
Tiene un centro de entrenamiento de elefantes y tras pasar un buen rato en una larga cola puedes dar un paseo sobre uno de ellos, hay espectáculos de danza tailandesa, de boxeo tailandés (de ese que DeAtH HaS cOMe practica legal o ilegalmente y para el que se viste con esos pantalones que no gustan a Pin), talleres de artesanía, etc. Está infestado de turistas, como no podía ser de otra forma, pero aún así es interesante.
Otro sitio curioso si estás en Bangkok y no tienes demasiados días, es el mercado flotante de Damnoen Saduak, a unos 100 Km de la capital.
Tiene un centro de entrenamiento de elefantes y tras pasar un buen rato en una larga cola puedes dar un paseo sobre uno de ellos, hay espectáculos de danza tailandesa, de boxeo tailandés (de ese que DeAtH HaS cOMe practica legal o ilegalmente y para el que se viste con esos pantalones que no gustan a Pin), talleres de artesanía, etc. Está infestado de turistas, como no podía ser de otra forma, pero aún así es interesante.
Otro sitio curioso si estás en Bangkok y no tienes demasiados días, es el mercado flotante de Damnoen Saduak, a unos 100 Km de la capital.
Etiquetas: animalicos, Tailandia
miércoles, noviembre 02, 2005
Foto: reparto de tareas
La templanza es la virtud que modera la atracción hacia los placeres sensibles y procura la moderación en el uso de los bienes creados.
La gula es un apetito desordenado de comer y beber.
De la gula se encargan los monjes, así que la templanza quedará para la sirvienta que pela las gambas...
Fotógrafo: Javifields