jueves, abril 02, 2009
Beach suena como bitch
Hablando hoy de "agujeros negros" he recordado, no sé muy bien por qué, el Beach Club Cafe de Kuala Lumpur.
En pleno Triángulo de Oro (zona de marcha) de K.L, si ves el Beach Club Cafe de día desde la calle (en el 97 de Jalan P Ramlee) pensarás que es como la imitación de un chiringuito de playa en el que comer algo o beber zumos (ver foto de la izquierda).
Puedo asegurar que nada hay más lejos de la realidad. Una incursión nocturna te demostrará, tras cruzar la puerta, que estás en el principal mercado de carne de K.L. Y cuando digo "mercado" me refiero a... En fin, para que me entiendas, si tras haber estado allí te dicen el nombre y no lo has visto escrito pensarás que se trata del Bitch Club Cafe.
Junto a unos futbolines que están puestos ahí, sin duda, para disimular, encontrarás una pista de baile con una buena selección de... bailarinas deseando conocerte mejor (por un módico precio en Ringgits). El garito se autopublicita como el "Bar mejor votado de Asia" y por algo será.
Como nota curiosa, encima de la barra hay una pecera con unos hermosos tiburones dando vueltas, nerviosillos (ver foto de la derecha). Tan nerviosillos como los clientes meneándose por la pista de baile.
En pleno Triángulo de Oro (zona de marcha) de K.L, si ves el Beach Club Cafe de día desde la calle (en el 97 de Jalan P Ramlee) pensarás que es como la imitación de un chiringuito de playa en el que comer algo o beber zumos (ver foto de la izquierda).
Puedo asegurar que nada hay más lejos de la realidad. Una incursión nocturna te demostrará, tras cruzar la puerta, que estás en el principal mercado de carne de K.L. Y cuando digo "mercado" me refiero a... En fin, para que me entiendas, si tras haber estado allí te dicen el nombre y no lo has visto escrito pensarás que se trata del Bitch Club Cafe.
Junto a unos futbolines que están puestos ahí, sin duda, para disimular, encontrarás una pista de baile con una buena selección de... bailarinas deseando conocerte mejor (por un módico precio en Ringgits). El garito se autopublicita como el "Bar mejor votado de Asia" y por algo será.
Como nota curiosa, encima de la barra hay una pecera con unos hermosos tiburones dando vueltas, nerviosillos (ver foto de la derecha). Tan nerviosillos como los clientes meneándose por la pista de baile.
martes, abril 08, 2008
Mercados (VI): el mayor mercado al aire libre de Europa
Hoy hablando con un "cliente" sobre su futura estancia en Turín en la "próxima temporada" me he acordado de un mercado. La mente de un bloguero ejecuta esas extrañas piruetas.
Si no ha desaparecido desde la última vez que estuve por allí, para ver el mercado al aire libre más grande de Europa hay que ir a Turín, a Porta Palazzo, en la Piazza della Repubblica.
No es gran foto, pero es de mi época analógica y no tengo más. Eran años duros los analógicos, para un fotógrafo aficionado y sin dinero... De todas formas, algo creo que se aprecia en la foto: en Porta Palazzo se entremezclan todas las etnias de la inmigración (que debe rondar la cuarta parte de la población de Turín). Durante el fin de semana, los tenderetes atraen la atención de 100.000 curiosos.
Para los inmigrantes el mercado "es el internet del pobre, el modo más sencillo de tener noticias de nuestro país y nuestros familiares". Aunque el mercado es también un problema importante para la ciudad, es lugar de reclutamiento de delincuentes, sitio de "trapicheos".
Después de haber bajado al barro, hay que tomar altura. Nada mejor que Villa Gualino, en las colinas del Po, auténtico balcón de la ciudad. Villa Gualino fue mi residencia en las estancias iniciales en Turín, antes de tener el dinero suficiente como para alojarme en un modesto hotel en Vittorio Emmanuelle II con Via Roma, cuya dueña por cierto pasó su viaje de novios en Zaragoza, pero esa es otra historia...
Si no ha desaparecido desde la última vez que estuve por allí, para ver el mercado al aire libre más grande de Europa hay que ir a Turín, a Porta Palazzo, en la Piazza della Repubblica.
No es gran foto, pero es de mi época analógica y no tengo más. Eran años duros los analógicos, para un fotógrafo aficionado y sin dinero... De todas formas, algo creo que se aprecia en la foto: en Porta Palazzo se entremezclan todas las etnias de la inmigración (que debe rondar la cuarta parte de la población de Turín). Durante el fin de semana, los tenderetes atraen la atención de 100.000 curiosos.
Para los inmigrantes el mercado "es el internet del pobre, el modo más sencillo de tener noticias de nuestro país y nuestros familiares". Aunque el mercado es también un problema importante para la ciudad, es lugar de reclutamiento de delincuentes, sitio de "trapicheos".
Después de haber bajado al barro, hay que tomar altura. Nada mejor que Villa Gualino, en las colinas del Po, auténtico balcón de la ciudad. Villa Gualino fue mi residencia en las estancias iniciales en Turín, antes de tener el dinero suficiente como para alojarme en un modesto hotel en Vittorio Emmanuelle II con Via Roma, cuya dueña por cierto pasó su viaje de novios en Zaragoza, pero esa es otra historia...
martes, marzo 11, 2008
Mercados (V): rincón de comidas
Foto: Javifields
Nos dice "Leandro" en su anotación sobre el Mercado Central de Mendoza (Argentina) colocada en Google Maps y Google Earth:Mercado Central (1885).A mi, en aquellas tierras, me llaman más la atención las peculiaridades en el uso del castellano que las cubiertas metálicas. ¿Hay una forma más clara y simpática de llamar a esa parte del mercado que "rincón de comidas"?
La avenida Las Heras ha dejado de ser con el paso de los años ese boulevard de los inmigrantes europeos y ha pasado a convertirse en una arteria especializada en el comercio regional y gastronómico. El Mercado Central ha sido remodelado recientemente poniendo en valor además de sus usos y costumbres, la cubierta metálica original de sus naves de tipo industrial.
Etiquetas: Argentina, mercados
miércoles, febrero 06, 2008
Mercados (IV): mercados que parecen iglesias, iglesias que parecen mercados
En Cracovia todo son iglesias. Y lo que no son iglesias parecen iglesias. Un buen ejemplo (de lo segundo) es la lonja o mercado de paños. Aquí tenemos una foto del interior. Nada que envidiar a una buena iglesia.
Si queréis ver una foto del exterior, aquí puse una hace ya tiempo. Por poner otra distinta, aquí tenéis una de noche.
Lo que os decía, parece una iglesia por fuera y parece una iglesia por dentro. Gente silenciosa, respetuosa con los vendedores y sus puestos, poca luz, recogimiento...
Si uno quiere "vidilla", mejor que se vaya a una iglesia de verdad. Ésas sí que parecen mercados: largas colas para entrar por el único sitio que no cobran, colas para pagar en los sitios en que sí que cobran (casi todos), jolgorio de turistas en el interior y en el exterior, fotos, vídeos, helados, chocolatinas, postales... ¡un mercado, vaya!
Por suerte también hay mercados de los que a mi me gustan. Hay que irse a Kazimierz, el barrio judío (famoso por las imágenes rodadas por Spielberg para su obra maestra La lista de Schindler), para ver un mercado que parece un mercado.
Si queréis ver una foto del exterior, aquí puse una hace ya tiempo. Por poner otra distinta, aquí tenéis una de noche.
Lo que os decía, parece una iglesia por fuera y parece una iglesia por dentro. Gente silenciosa, respetuosa con los vendedores y sus puestos, poca luz, recogimiento...
Si uno quiere "vidilla", mejor que se vaya a una iglesia de verdad. Ésas sí que parecen mercados: largas colas para entrar por el único sitio que no cobran, colas para pagar en los sitios en que sí que cobran (casi todos), jolgorio de turistas en el interior y en el exterior, fotos, vídeos, helados, chocolatinas, postales... ¡un mercado, vaya!
Entrada de una iglesia de verdad (por la única puerta que no cobran),
¡esto sí que es ambiente! (la iglesia es la de la trompeta)
¡esto sí que es ambiente! (la iglesia es la de la trompeta)
Por suerte también hay mercados de los que a mi me gustan. Hay que irse a Kazimierz, el barrio judío (famoso por las imágenes rodadas por Spielberg para su obra maestra La lista de Schindler), para ver un mercado que parece un mercado.
miércoles, enero 09, 2008
Mercados (III): el peor olor del mundo
Cuando estuve por el sultanato de Terengganu, el partido en el gobierno era el partido islámico (PAS). Cuando viajas a un país regido por el Corán y la Sunna siempre tienes cierto respeto (quiero decir miedo, claro) al fotografiar a las mujeres sin pedir permiso. Pero alguna foto hicimos, como ésta de las vendedoras del mercado del bonito pueblecico marinero de Marang.
En las elecciones posteriores del 2004 parce ser que el PAS perdió el poder en el sultanato de Terengganu y con él, en la mayor parte de la federación malaya, conservando únicamente el gobierno en su feudo de Kelantan.
Pero el título de esta anotación no tiene nada que ver con el rollo anterior. Cuando hablo de mal olor me refiero al "producto estrella" en cualquier mercado de Malasia, Tailandia o Singapur: el fruto de la foto de abajo, a ver quién sabe el nombre (Ra y Mon: tú no juegas).
Leo en una página de viajarasia.com que probar uno de esos "es como comerse una crema de vainilla en una letrina, y su olor se puede describir como excremento de cerdo, barniz y cebollas, todo mezclado con un calcetín sudado". No os digo más...
En las elecciones posteriores del 2004 parce ser que el PAS perdió el poder en el sultanato de Terengganu y con él, en la mayor parte de la federación malaya, conservando únicamente el gobierno en su feudo de Kelantan.
Pero el título de esta anotación no tiene nada que ver con el rollo anterior. Cuando hablo de mal olor me refiero al "producto estrella" en cualquier mercado de Malasia, Tailandia o Singapur: el fruto de la foto de abajo, a ver quién sabe el nombre (Ra y Mon: tú no juegas).
Leo en una página de viajarasia.com que probar uno de esos "es como comerse una crema de vainilla en una letrina, y su olor se puede describir como excremento de cerdo, barniz y cebollas, todo mezclado con un calcetín sudado". No os digo más...
martes, diciembre 04, 2007
Mercados (II): exotismo
En la primera entrada de esta miniserie aparecía el "rey de los mercados limpios y ordenados": un mercado de Naantali (Finlandia) y nada menos que de flores. ¡Aburridísimo para cualquier viajero! (incluso para muchos turistas).
¿O quizás no?
Si en los viajes buscamos algo distinto a lo que tenemos en nuestro lugar habitual de residencia... creo que tengo una ligera idea de a quién le resultaría interesante el mercado de flores de Naantali: a cualquier vendedora del mercado flotante de Damnoen Saduak, a un par de horas de viaje de Bangkok, en Tailandia.
Ese sí que es un mercado exótico y divertido para los serios y organizados europeos. Olores, sabores, colores, sonidos, los puestos del mercado... todo es diferente.
Y no sólo el mercado, sino que el camino para llegar también resulta excitante: en canoa por esos ríos en los que lo último que apetece es bañarse (y no por la temperatura del agua).
Votación:
(Fotos: Javifields. Reconozco que no son muy buenas esta vez. Si quieres ver más y mejores fotos del sitio, pincha aquí.)
¿O quizás no?
Si en los viajes buscamos algo distinto a lo que tenemos en nuestro lugar habitual de residencia... creo que tengo una ligera idea de a quién le resultaría interesante el mercado de flores de Naantali: a cualquier vendedora del mercado flotante de Damnoen Saduak, a un par de horas de viaje de Bangkok, en Tailandia.
Ese sí que es un mercado exótico y divertido para los serios y organizados europeos. Olores, sabores, colores, sonidos, los puestos del mercado... todo es diferente.
Y no sólo el mercado, sino que el camino para llegar también resulta excitante: en canoa por esos ríos en los que lo último que apetece es bañarse (y no por la temperatura del agua).
Votación:
- los que prefieran el mercado de flores de Naantali que digan "N";
- los que prefieran este mercado, el mercado flotante de Damnoen Saduak, que digan "D".
(Fotos: Javifields. Reconozco que no son muy buenas esta vez. Si quieres ver más y mejores fotos del sitio, pincha aquí.)
Etiquetas: mercados, Tailandia
jueves, noviembre 22, 2007
Mercados (I): ¿Turista o viajero?
Viajar para visitar lugares distintos a los que habitamos normalmente. Actividad deseada por muchos y, salvo privilegiados que dispongan de salud, tiempo y dinero para hacerlo en cualquier momento y sin restricciones (multimillonarios, jóvenes mantenidos, pensionistas jóvenes...), actividad limitada a periodos —generalmente demasiado cortos— de vacaciones.
¿Qué buscamos en el viaje? ¿Visitar museos?, ¿ver edificios famosos?, ¿ir de compras?, ¿conocer otras gentes y otras culturas?, ¿conocer paisajes naturales distintos?, ¿olvidarnos de lo cotidiano o compararlo con lo nuevo y diferente?
Cualquiera, turista o viajero, respondería que todo eso e incluso algunas cosas más.
Entonces, si los objetivos perseguidos no distinguen a turistas de viajeros, ¿qué les distingue?
Os daré mi opinión: les distingue la forma de gestionar su libertad.
Me diréis que todos viajamos libremente; que elegimos los destinos, los sitios por visitar de manera libre y según nuestros gustos o los gustos consensuados con los compañeros de viaje. De acuerdo, pero no me refiero sólo a eso.
Un turista elije libremente el lugar y objetivos de su viaje con antelación. Pero cuando ya está allí, sigue el programa más o menos establecido con "obediencia". Hace lo que se espera de él: acude al alojamiento previamente decidido; visita los lugares previstos, que forzosamente tienen que ser lugares más o menos conocidos y por tanto visitados por muchos otros turistas; realiza excursiones más o menos organizadas con antelación; permanece en cada sitio el tiempo establecido de antemano, pues suele estar limitado por reservas de alojamientos y medios de locomoción... ¿de verdad creeis que un turista es libre?
Un viajero elije igualmente la zona a visitar, pero evita establecer demasiados planes con antelación sobre lugares, tiempos, visitas, objetivos... Prefiere dejar abierta la agenda, porque decide que libremente optará por lo que más le apetezca una vez se encuentre en la zona de viaje. Si un lugar no le gusta, se irá inmediatamente. Si se encuentra a gusto en otro sitio, se quedará los días que le apetezca.
Esto me hace pensar... ¿uno es turista o viajero sólo en lo concerniente a sus viajes?, o ¿quizás hay un rasgo de la personalidad que lleva a uno a gestionar su libertad en "modo turista" o en "modo viajero" para otras actividades de su vida?... (rellenad estos puntos suspensivos con todo lo que queráis, y pensad luego si vivís más en "modo viajero" o en "modo turista").
Aparte de todo lo anterior, cada uno tiene sus fijaciones personales, faltaría más. Yo por ejemplo procuro hacer dos cosas allá donde voy:
¿Qué buscamos en el viaje? ¿Visitar museos?, ¿ver edificios famosos?, ¿ir de compras?, ¿conocer otras gentes y otras culturas?, ¿conocer paisajes naturales distintos?, ¿olvidarnos de lo cotidiano o compararlo con lo nuevo y diferente?
Cualquiera, turista o viajero, respondería que todo eso e incluso algunas cosas más.
Entonces, si los objetivos perseguidos no distinguen a turistas de viajeros, ¿qué les distingue?
Os daré mi opinión: les distingue la forma de gestionar su libertad.
Me diréis que todos viajamos libremente; que elegimos los destinos, los sitios por visitar de manera libre y según nuestros gustos o los gustos consensuados con los compañeros de viaje. De acuerdo, pero no me refiero sólo a eso.
Un turista elije libremente el lugar y objetivos de su viaje con antelación. Pero cuando ya está allí, sigue el programa más o menos establecido con "obediencia". Hace lo que se espera de él: acude al alojamiento previamente decidido; visita los lugares previstos, que forzosamente tienen que ser lugares más o menos conocidos y por tanto visitados por muchos otros turistas; realiza excursiones más o menos organizadas con antelación; permanece en cada sitio el tiempo establecido de antemano, pues suele estar limitado por reservas de alojamientos y medios de locomoción... ¿de verdad creeis que un turista es libre?
Un viajero elije igualmente la zona a visitar, pero evita establecer demasiados planes con antelación sobre lugares, tiempos, visitas, objetivos... Prefiere dejar abierta la agenda, porque decide que libremente optará por lo que más le apetezca una vez se encuentre en la zona de viaje. Si un lugar no le gusta, se irá inmediatamente. Si se encuentra a gusto en otro sitio, se quedará los días que le apetezca.
Esto me hace pensar... ¿uno es turista o viajero sólo en lo concerniente a sus viajes?, o ¿quizás hay un rasgo de la personalidad que lleva a uno a gestionar su libertad en "modo turista" o en "modo viajero" para otras actividades de su vida?... (rellenad estos puntos suspensivos con todo lo que queráis, y pensad luego si vivís más en "modo viajero" o en "modo turista").
Aparte de todo lo anterior, cada uno tiene sus fijaciones personales, faltaría más. Yo por ejemplo procuro hacer dos cosas allá donde voy:
- ver cómo son los teatros (me refiero a los edificios para representar teatro) de las ciudades por las que paso (no hay más que ver la serie "teatros"), y
- pasear por algún mercado.
Mercado de flores en Naantali, Finlandia (foto: Javifields).
Limpio, ordenado, tranquilo...
Seguramente estará abierto pocos días al año, eso le da más valor para los lugareños.
Limpio, ordenado, tranquilo...
Seguramente estará abierto pocos días al año, eso le da más valor para los lugareños.
Etiquetas: Finlandia, mercados