viernes, marzo 23, 2007
Frases de cine (XV): Testigo de cargo
Si sobre el texto de una obra teatral de Agatha Christie, escribe un guión y dirige la correspondiente película Billy Wilder, se da el papel protagonista del abogado defensor que permanece en pantalla en un 90% de las escenas a Charles Laughton, el del acusado de asesinato a Tyrone Power y el de su misteriosa esposa a Marlene Dietrich, el resultado sólo puede ser... una Obra Maestra, Testigo de cargo, perteneciente a un género cinematográfico muy exclusivo: el de "las películas en las que no puedes apartar los ojos de la pantalla".
Nominada para 6 Óscars en el año 1958, sólo El puente sobre el río Kwai (con sus 7 Óscars) pudo hacer que no se llevara ninguno. Podéis verla en estos días en la Filmoteca de Zaragoza gracias al ciclo dedicado a Billy Wilder (quien ya aparece por tercera vez en esta serie de "Frases de cine", ¿por qué será?, tras Días sin huella y El apartamento).
Aunque la historia de Christie está muy bien construída, mantiene el interés y tiene un final espectacular, lo más destacable en la película del maestro Wilder es la construcción de los personajes. Todos, desde el gran protagonista, el abogado defensor Sir Wilfrid Robarts (Laughton), el acusado Leonard Vole (Power), la enigmática esposa Christine Vole (Dietrich)... hasta el último de los secundarios, el mayordomo y ayudante Carter (Ian Wolfe), la enfermera Plimsoll (Elsa Lanchester, esposa de Laughton en la vida real), la criada de la víctima, el fiscal, el juez... ¡todos! son personajes bien construídos, personajes inteligentes y con sentido del humor. Hasta los objetos son personajes que cuentan su historia (Wilder, aprendiz y heredero de Ernst Lubitsch): las pastillas del abogado creando dibujos sobre su mesa y disminuyendo en número con el transcurrir del juicio, el cuchillo bien afilado esperando una víctima, el sombrero de la víctima (ver frase sobre él más abajo), el termo de cacao empeñado en contener brandy, los puros —objeto de deseo—, el acordeón que todavía respira...
La película de hoy: Testigo de cargo
Título original: Witness for the Prosecution
Director: Billy Wilder
Año: 1957
IMDB: más información
Cuentan que Laughton regalaba en los ensayos al resto del equipo sus interpretaciones de todos los personajes de la película distintos al suyo, cambiando la voz y el gesto para cada uno de ellos y dándoles material a todos sobre cómo mejorar su trabajo. Wilder diría después: Laughton es el mejor actor con el que he trabajado.
Podría escribir una serie entera de anotaciones sobre esta película... quizás escriba una serie sobre Wilder, pero terminemos por ahora con algunas frases.
Sir Wilfrid.— Constantemente me sorprende que los sombreros de señora no provoquen más asesinatos.
Leonard Vole.— ¿Qué estás buscando?
Christine Vole.— Mi acordeón.
Leonard Vole.— [pisando el acordeón] Creo que lo he encontrado.
Christine Vole.— Písalo de nuevo. Todavía respira.
Leonard Vole.— Pero esto es Inglaterra, donde creo que ustedes nunca arrestan y declaran culpable a la gente por crímenes que no han cometido.
Sir Wilfrid.— Intentamos que no se convierta en una costumbre.
Sir Wilfrid.— ¡Si fuera usted una mujer, señorita Plimsoll, la golpearía!
Christine Vole.— ¿Recuerda?. Cuando fuí a verle, me dijo que ningún jurado creería en la coartada presentada por una amante esposa por mucho que jurara que su marido era inocente. Eso me dió la idea...
Nominada para 6 Óscars en el año 1958, sólo El puente sobre el río Kwai (con sus 7 Óscars) pudo hacer que no se llevara ninguno. Podéis verla en estos días en la Filmoteca de Zaragoza gracias al ciclo dedicado a Billy Wilder (quien ya aparece por tercera vez en esta serie de "Frases de cine", ¿por qué será?, tras Días sin huella y El apartamento).
Aunque la historia de Christie está muy bien construída, mantiene el interés y tiene un final espectacular, lo más destacable en la película del maestro Wilder es la construcción de los personajes. Todos, desde el gran protagonista, el abogado defensor Sir Wilfrid Robarts (Laughton), el acusado Leonard Vole (Power), la enigmática esposa Christine Vole (Dietrich)... hasta el último de los secundarios, el mayordomo y ayudante Carter (Ian Wolfe), la enfermera Plimsoll (Elsa Lanchester, esposa de Laughton en la vida real), la criada de la víctima, el fiscal, el juez... ¡todos! son personajes bien construídos, personajes inteligentes y con sentido del humor. Hasta los objetos son personajes que cuentan su historia (Wilder, aprendiz y heredero de Ernst Lubitsch): las pastillas del abogado creando dibujos sobre su mesa y disminuyendo en número con el transcurrir del juicio, el cuchillo bien afilado esperando una víctima, el sombrero de la víctima (ver frase sobre él más abajo), el termo de cacao empeñado en contener brandy, los puros —objeto de deseo—, el acordeón que todavía respira...
La película de hoy: Testigo de cargo
Título original: Witness for the Prosecution
Director: Billy Wilder
Año: 1957
IMDB: más información
Cuentan que Laughton regalaba en los ensayos al resto del equipo sus interpretaciones de todos los personajes de la película distintos al suyo, cambiando la voz y el gesto para cada uno de ellos y dándoles material a todos sobre cómo mejorar su trabajo. Wilder diría después: Laughton es el mejor actor con el que he trabajado.
Podría escribir una serie entera de anotaciones sobre esta película... quizás escriba una serie sobre Wilder, pero terminemos por ahora con algunas frases.
Sir Wilfrid.— Constantemente me sorprende que los sombreros de señora no provoquen más asesinatos.
Leonard Vole.— ¿Qué estás buscando?
Christine Vole.— Mi acordeón.
Leonard Vole.— [pisando el acordeón] Creo que lo he encontrado.
Christine Vole.— Písalo de nuevo. Todavía respira.
Leonard Vole.— Pero esto es Inglaterra, donde creo que ustedes nunca arrestan y declaran culpable a la gente por crímenes que no han cometido.
Sir Wilfrid.— Intentamos que no se convierta en una costumbre.
Sir Wilfrid.— ¡Si fuera usted una mujer, señorita Plimsoll, la golpearía!
Christine Vole.— ¿Recuerda?. Cuando fuí a verle, me dijo que ningún jurado creería en la coartada presentada por una amante esposa por mucho que jurara que su marido era inocente. Eso me dió la idea...
Etiquetas: cine
comentarios:
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Wilder a parte de ser un excelente director y un eximio guinista, era un maestro del diálogo. Muy bueno el post!
Recuerdo que la primera vez que la vi, fue en la television y la pille unos minutos empezada, asi que no sabia de quien era.
Al principio pense que era "otra pelicula de juicios", pero la frase "no pude apartar la vista", como dices tu, es la que mejor lo describe.
Las carcajadas que me echaba con cada "sutileza" del abogado se oian por toda la casa.
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Al principio pense que era "otra pelicula de juicios", pero la frase "no pude apartar la vista", como dices tu, es la que mejor lo describe.
Las carcajadas que me echaba con cada "sutileza" del abogado se oian por toda la casa.
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