domingo, diciembre 27, 2009

 

El invierno y los fantasmas del pasado

Escucha la música que suena, calmada y civilizadamente, con los fantasmas del invierno, antes de que la nieve se derrita.

Soy una persona de invierno porque es la estación de la imaginación y de los fantasmas, un momento lleno de magia. Aunque los inviernos parecen estar perdiendo su intensidad. Los inviernos del siglo XXI parecen acabar apenas empiezan, las nevadas son raras y, cuando ocurren, duran poco.
Hay algo del invierno que es fundamental, misterioso, completamente irreemplazable, algo a la vez deprimente y profundamente hermoso, algo esencial para este mito de nosotros mismos, para la historia de la humanidad.

Es como si de alguna forma necesitáramos la oscuridad de los meses de invierno para reponer nuestro espíritu interior, tanto como necesitamos la luz, la energía y la calidez del verano. Una oscuridad que parece estar en peligro. El calentamiento global, si es que es eso lo que está reduciendo nuestra anual estación de invierno, está probablemente tomando su peaje en la psique humana, tal y como parece estar alterando el ritmo de las estaciones en el planeta.
Busco reencontrarme con el espíritu de una estación que en mi niñez me permitía dibujar con la uña sobre los cristales cubiertos de hielo, me obligaba a vestirme debajo de las sábanas y a pasar largas horas de oscuridad junto al calor y los destellos de la estufa de carbón: allí era libre de imaginar espíritus inquietantes.

Aprovecho estos días para enfrentarme a los fantasmas del pasado. Tengo la sensación de estar atando cabos, de cerrar un círculo; para que no quede nada sin decir ni sin hacer. Estoy en un periodo de mi vida en el que necesito poner las cosas en orden. Todos los seres humanos lo hacen en algún momento. Hay una parte de tu vida en la que todo es caos, movimiento; hay otro momento en el que ya tienes que ordenar y limpiar la habitación.

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Las fotos anteriores son mías, el fuego en la chimenea de la casa de Laspuña, la vista desde la ventana en un día nevado, el camino por el bosque... Los textos no son míos, aunque podrían serlo. Son de Gordon Matthew Thomas Sumner, el artista también conocido como Sting.

La música que suena es la 15ª pista de su último disco, titulado If on a winter's night. Con música de autores clásicos como Praetorius, Purcell, Schubert, Bach, Warlock; letras de Robert Louis Stevenson, Wilhelm Müller o del propio Sting. Una original joya grabada por la Deutsche Grammophon, sello especializado en música clásica.

Muy recomendable para una tarde de invierno, oyendo crepitar el fuego de la chimenea, enfrentando los fantasmas del pasado y poniendo las cosas en orden.

"You Only Cross My Mind in Winter"
Música: Inspirada en Sarabanda de Suite No. 6 para Chelo en re mayor, BWV 1012, Johann Sebastian Bach
Letra: Sting
Intérpretes: Sting, voz; Edin Karamazov, laúd; Ira Coleman, bajo; Strings of the Musica Aeterna Orchestra; Robert Sadin, director.
Grabación: Deutsche Grammophon.

Letra:

Always this winter child,
December sun sits low against the sky,
Cold light on frozen fields,
The cattle in their stable lowing.

When two walked this winter road,
Ten thousand miles seemed nothing to us then,
One walks with heavy tread,
The space between their footsteps slowing.

All day the snow did fall,
What's left of the day is close drawn in,
I speak your name as if you'd answer me,
But the silence of the snow is deafening.

How well do I recall our arguments,
Our logic owed no debts or recompense,
Philosophy and faith were ghosts
That we would chase until
The gates of heaven were broken.

But something makes me turn, I don't know,
To see another's footsteps there in the snow,
I smile to myself and then I wonder why it is
You only cross my mind in winter.

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comentarios:
Precioso regalo de Navidad, Javier.
Pare4ce que estas fechas invitan considerablemente a cerrar círculos, atar cabos y a descubrir la verdadera esencia de la vida, que no es otra que el amor y la amistad.
Saludos amigo.
 
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