miércoles, noviembre 23, 2011
Respuesta a adivinanza: la catedral del vidrio
En la anotación anterior preguntaba por la supuesta iglesia de esta foto...
Pues de iglesia nada. Como podéis leer en el pie de foto, se trata de la cúpula del crucero (cruce de la nave central con la nave de crucero) del Museo del Vidrio del Centro Nacional del Vidrio, que tiene su sede en el antiguo edificio de la Real Fábrica de Cristales de La Granja. Así que no es una iglesia, si bien se puede considerar la "Catedral Nacional del Vidrio". Y bajo la cúpula, lo que vemos no es un templete, sino los antiguos hornos de fusión del vidrio.
El edificio, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura industrial europea del siglo XVIII, fue encargado por Carlos III a José Díaz, alias Gamones, Maestro Aparejador real, después de haber sufrido el anterior un incendio en 1770, que había destruido una parte importante de las instalaciones (principalmente en madera) de la fábrica de vidrio plano. Fue edificado, según los planos de Díaz, entre 1770 y 1784, y ubicado extramuros del Real Sitio, es decir, alejado de las viviendas colindantes, previniendo así el temor a que pudieran originarse nuevos incendios. La Real Fábrica de Cristales de La Granja tiene planta basilical con una gran nave central de hornos y doble crucero, con dos magníficas bóvedas apoyadas sobre pechinas y construidas en ladrillo refractario para preservarlas del fuego, ya que cobijaban los grandes hornos de fusión del vidrio. Todo este recinto arquitectónico fue ampliado a finales del siglo XVIII por Juan de Villanueva. De sobria arquitectura, esta majestuosa construcción consiguió a finales del siglo XVIII dar respuesta a las necesidades del trabajo y de la producción de vidrio.
La época de mayor esplendor de la Real Fábrica fue la de los reinados de Carlos III y Carlos IV. Precisamente de la época de Carlos III son las vinagreras de cristal grabado de la foto anterior. En esta época, la Real Fábrica disponía de privilegios reales que le otorgaban el monopolio de la venta de vidrios en Madrid y en los Reales Sitios. A pesar de esos privilegios, desde el punto de vista financiero la Real Fábrica vivió siempre de las asignaciones reales. Esto era así porque los precios de venta fueron fijados, por motivos políticos, por debajo del coste de fabricación.
La Real Fábrica de Cristales constituyó uno de los ejemplos de manufacturas reales más importantes de toda la España dieciochesca. Como el resto de manufacturas reales, la Real Fábrica de Cristales de La Granja se enmarca dentro del reformismo borbónico, cuyo principal objetivo era reducir la masiva importación de objetos suntuarios extranjeros mediante el fomento y la protección de la industria nacional. Con estos mismos objetivos se establecieron una serie de manufacturas protegidas y financiadas por la Corona: Real Fábrica de Cristales de La Granja, de Tapices de Santa Bárbara, de Porcelana del Buen Retiro, etc., en las que se invirtieron cuantiosas sumas asignadas a su costoso mantenimiento y a la adquisición de tecnología y personal especializado extranjero. El principal objetivo de estas manufacturas era abastecer de objetos suntuarios los Palacios y residencias reales de forma que pudiera emularse el lujo de los Palacios de la Corte europea sin necesidad de recurrir a costosas importaciones.
El museo no sólo contiene piezas antiguas, sino también una colección permanente de arte contemporáneo, además de alojar exposiciones temporales. La colección permanente de arte contemporáneo incluye obras de Vesa Varela, Narcissus Quagliata, Torres Esteban, Javier Gómez, Pedro García, Fujita Fukunishi... Más de cien obras de diferentes artistas de todo el mundo componen esta magnífica muestra que permite contemplar diversas creaciones artísticas que tienen en común la utilización del vidrio como materia creativa.
Uno de los fondos más importantes conservados en la Fundación Centro Nacional del Vidrio es la Colección Mauméjean. Estos fondos, en proceso de catalogación, se componen aproximadamente de un total de 9.190 bocetos, 6.288 placas fotográficas, 26.130 m² de cartones y 26 vidrieras. Mauméjean Hermanos fue uno de los principales talleres de vidrieras de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Estas vidrieras están formadas por placas de vidrios pintados y luego "fundidos a fuego" según los métodos antiguos. En la sala Mauméjean del Museo se pueden admirar 20 vidrieras del taller Mauméjean, 8 cartones para vidrieras y una mesa de técnicas explicativas de la fabricación de una vidriera.
La foto de arriba no es del Museo, sino de la nueva nave de la Real Fábrica que está al lado del Museo, pero sirve para mostrar que la producción de la Real Fábrica continúa, desde sus inicios en 1727, hasta la actualidad.
He dejado para el final la foto de la pieza que más me interesó en la visita. El Museo muestra la tecnología vidriera utilizada en los distintos procesos de fabricación: maquinaria empleada en la industria vidriera, así como utillajes, instrumental técnico, materias primas, moldes y distintos materiales para el vidrio soplado y prensado. De entre las ruinas de la antigua Real Fábrica fueron rescatados importantes ejemplares de maquinarias muy diversas, como distintos molinos para moler materias primas, enfornadoras, cribas, etc.
En la foto de abajo... mejor no lo descubro todavía. Os planteo una nueva adivinanza: ¿qué instrumento aparece en la siguiente foto?
Cúpula central del Museo del Vidrio, en la
Real Fábrica de Cristales de La Granja
Real Fábrica de Cristales de La Granja
Pues de iglesia nada. Como podéis leer en el pie de foto, se trata de la cúpula del crucero (cruce de la nave central con la nave de crucero) del Museo del Vidrio del Centro Nacional del Vidrio, que tiene su sede en el antiguo edificio de la Real Fábrica de Cristales de La Granja. Así que no es una iglesia, si bien se puede considerar la "Catedral Nacional del Vidrio". Y bajo la cúpula, lo que vemos no es un templete, sino los antiguos hornos de fusión del vidrio.
Vista de la nave central del Museo,
hornos y cúpula de crucero al fondo
hornos y cúpula de crucero al fondo
El edificio, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura industrial europea del siglo XVIII, fue encargado por Carlos III a José Díaz, alias Gamones, Maestro Aparejador real, después de haber sufrido el anterior un incendio en 1770, que había destruido una parte importante de las instalaciones (principalmente en madera) de la fábrica de vidrio plano. Fue edificado, según los planos de Díaz, entre 1770 y 1784, y ubicado extramuros del Real Sitio, es decir, alejado de las viviendas colindantes, previniendo así el temor a que pudieran originarse nuevos incendios. La Real Fábrica de Cristales de La Granja tiene planta basilical con una gran nave central de hornos y doble crucero, con dos magníficas bóvedas apoyadas sobre pechinas y construidas en ladrillo refractario para preservarlas del fuego, ya que cobijaban los grandes hornos de fusión del vidrio. Todo este recinto arquitectónico fue ampliado a finales del siglo XVIII por Juan de Villanueva. De sobria arquitectura, esta majestuosa construcción consiguió a finales del siglo XVIII dar respuesta a las necesidades del trabajo y de la producción de vidrio.
Vinagreras de cristal grabado a la rueda y dorado al fuego,
datadas entre 1770 y 1787
La época de mayor esplendor de la Real Fábrica fue la de los reinados de Carlos III y Carlos IV. Precisamente de la época de Carlos III son las vinagreras de cristal grabado de la foto anterior. En esta época, la Real Fábrica disponía de privilegios reales que le otorgaban el monopolio de la venta de vidrios en Madrid y en los Reales Sitios. A pesar de esos privilegios, desde el punto de vista financiero la Real Fábrica vivió siempre de las asignaciones reales. Esto era así porque los precios de venta fueron fijados, por motivos políticos, por debajo del coste de fabricación.
Botellas antiguas, ya lo siento, no apunté el año
(aunque, por el aspecto, yo diría que son del XVII o por ahí)
(aunque, por el aspecto, yo diría que son del XVII o por ahí)
La Real Fábrica de Cristales constituyó uno de los ejemplos de manufacturas reales más importantes de toda la España dieciochesca. Como el resto de manufacturas reales, la Real Fábrica de Cristales de La Granja se enmarca dentro del reformismo borbónico, cuyo principal objetivo era reducir la masiva importación de objetos suntuarios extranjeros mediante el fomento y la protección de la industria nacional. Con estos mismos objetivos se establecieron una serie de manufacturas protegidas y financiadas por la Corona: Real Fábrica de Cristales de La Granja, de Tapices de Santa Bárbara, de Porcelana del Buen Retiro, etc., en las que se invirtieron cuantiosas sumas asignadas a su costoso mantenimiento y a la adquisición de tecnología y personal especializado extranjero. El principal objetivo de estas manufacturas era abastecer de objetos suntuarios los Palacios y residencias reales de forma que pudiera emularse el lujo de los Palacios de la Corte europea sin necesidad de recurrir a costosas importaciones.
Pieza de arte contemporáneo en vidrio
El museo no sólo contiene piezas antiguas, sino también una colección permanente de arte contemporáneo, además de alojar exposiciones temporales. La colección permanente de arte contemporáneo incluye obras de Vesa Varela, Narcissus Quagliata, Torres Esteban, Javier Gómez, Pedro García, Fujita Fukunishi... Más de cien obras de diferentes artistas de todo el mundo componen esta magnífica muestra que permite contemplar diversas creaciones artísticas que tienen en común la utilización del vidrio como materia creativa.
Vidriera con motivo religioso,
Colección Mauméjean, siglos XIX-XX
Uno de los fondos más importantes conservados en la Fundación Centro Nacional del Vidrio es la Colección Mauméjean. Estos fondos, en proceso de catalogación, se componen aproximadamente de un total de 9.190 bocetos, 6.288 placas fotográficas, 26.130 m² de cartones y 26 vidrieras. Mauméjean Hermanos fue uno de los principales talleres de vidrieras de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Estas vidrieras están formadas por placas de vidrios pintados y luego "fundidos a fuego" según los métodos antiguos. En la sala Mauméjean del Museo se pueden admirar 20 vidrieras del taller Mauméjean, 8 cartones para vidrieras y una mesa de técnicas explicativas de la fabricación de una vidriera.
Maestro vidriero soplando el vidrio,
en la Real Fábrica de Cristales de La Granja
La foto de arriba no es del Museo, sino de la nueva nave de la Real Fábrica que está al lado del Museo, pero sirve para mostrar que la producción de la Real Fábrica continúa, desde sus inicios en 1727, hasta la actualidad.
He dejado para el final la foto de la pieza que más me interesó en la visita. El Museo muestra la tecnología vidriera utilizada en los distintos procesos de fabricación: maquinaria empleada en la industria vidriera, así como utillajes, instrumental técnico, materias primas, moldes y distintos materiales para el vidrio soplado y prensado. De entre las ruinas de la antigua Real Fábrica fueron rescatados importantes ejemplares de maquinarias muy diversas, como distintos molinos para moler materias primas, enfornadoras, cribas, etc.
En la foto de abajo... mejor no lo descubro todavía. Os planteo una nueva adivinanza: ¿qué instrumento aparece en la siguiente foto?
¿Qué máquina es ésta? La solución... próximamente.
Etiquetas: adivinanza
domingo, noviembre 20, 2011
Adivinanza: ¿qué clase de iglesia es ésta?
Con su cúpula, sus bóvedas, sus arcos de medio punto y su "templete" bajo la cúpula...
... ¿qué clase de iglesia es ésta?
... ¿qué clase de iglesia es ésta?
Etiquetas: adivinanza
sábado, noviembre 19, 2011
Foto: Colgados...
Colgados
(foto: Javifields,
ergo no soy yo el colgado;
clic para ampliar)
(foto: Javifields,
ergo no soy yo el colgado;
clic para ampliar)
... y sin fumar.
En los paredones que hay entre el circo de Carriata y el de Cotatuero.
sábado, noviembre 12, 2011
Pueblecicos: Hvar
(Tirando de baúl, de recuerdos y de fotos...)
La serie "pueblecicos" de este blog llevaba más de tres años parada. Las veinte entradas anteriores de la serie fueron escritas con todo el cariño del mundo como recordatorio de algunos "pueblos" visitados.
Como comentaba en alguna entrada anterior de la serie, el uso del nombre "pueblecicos" es un claro (e intencionado) "abuso de lenguaje" puesto que se han incluido ciudades de hasta 300.000 habitantes en esta serie. La palabra "pueblecico", para mi, está cargada de buenas connotaciones, es decir, significados personales y subjetivos (opuestos a la denotación o significados objetivos); connotaciones de sitio agradable para vivir, humano, pintoresco, luminoso...
Se detiene hoy esta (casi olvidada) serie "pueblecicos" en Hvar, ciudad de unos 4.000 habitantes situada en la isla del mismo nombre (más fácil de pronunciar para nosotros en su nombre italiano, Lesina).
Hablamos de una de las Islas Dálmatas. Luminosa, rodeada de aguas azul turquesa, transparentes y limpias; una isla que huele a romero y a lavanda, conocida como la "Madeira del Adriático".
Aunque ya existían asentamientos humanos anteriores (ilirios), fueron los griegos los primeros colonizadores de importancia de Hvar, y la llamaron Pharos. Posteriormente fue destruida por los romanos, y reconstruida y rebautizada por éstos como Pharina. En la Edad Media pasó por diferentes manos de potencias vecinas, como el Imperio Bizantino, el Reino de Hungría (hemos visitado varias veces su capital), la República de Ragusa (su capital también apareció en esta serie) y la República de Venecia (también visitamos su capital). En su periodo veneciano sería atacada y destruida por los turcos. Tras la caída de Venecia pasaría por manos del Reino napoleónico de Italia, luego por manos de Austria, después Yugoslavia y, finalmente, tras la desintegración de ésta última, forma parte de Croacia.
Hvar es un paraíso para los turistas por su buen clima, por las aguas del mar que la rodea, por sus calas de piedras pequeñas, por su (supuesta) tranquilidad... Para mi gusto, demasiados turistas (y de "los peores"). A una hora y media de autobús (27 km) se llega a Jelsa, un pueblo mucho más tranquilo y con un turismo más familiar, en comparación con la "marcha joven italiana" de Hvar.
Cómo llegar: nosotros llegamos en ferry desde la isla de Mljet, otra curiosa isla que cuenta con un parque nacional, con un lago dentro bastante grande, que a su vez tiene una pequeña isla en el centro con un monasterio (isla → lago → isla → monasterio). Y nos fuimos de nuevo en ferry, hacia Bol, en la isla de Brac (donde por cierto está la famosa playa de Zlatni Rat).
La serie "pueblecicos" de este blog llevaba más de tres años parada. Las veinte entradas anteriores de la serie fueron escritas con todo el cariño del mundo como recordatorio de algunos "pueblos" visitados.
Como comentaba en alguna entrada anterior de la serie, el uso del nombre "pueblecicos" es un claro (e intencionado) "abuso de lenguaje" puesto que se han incluido ciudades de hasta 300.000 habitantes en esta serie. La palabra "pueblecico", para mi, está cargada de buenas connotaciones, es decir, significados personales y subjetivos (opuestos a la denotación o significados objetivos); connotaciones de sitio agradable para vivir, humano, pintoresco, luminoso...
Se detiene hoy esta (casi olvidada) serie "pueblecicos" en Hvar, ciudad de unos 4.000 habitantes situada en la isla del mismo nombre (más fácil de pronunciar para nosotros en su nombre italiano, Lesina).
Dos imágenes de la ciudad de Hvar, bullicio turístico y puerto
(fotos: Javifields, clic para ampliar)
Hablamos de una de las Islas Dálmatas. Luminosa, rodeada de aguas azul turquesa, transparentes y limpias; una isla que huele a romero y a lavanda, conocida como la "Madeira del Adriático".
Aunque ya existían asentamientos humanos anteriores (ilirios), fueron los griegos los primeros colonizadores de importancia de Hvar, y la llamaron Pharos. Posteriormente fue destruida por los romanos, y reconstruida y rebautizada por éstos como Pharina. En la Edad Media pasó por diferentes manos de potencias vecinas, como el Imperio Bizantino, el Reino de Hungría (hemos visitado varias veces su capital), la República de Ragusa (su capital también apareció en esta serie) y la República de Venecia (también visitamos su capital). En su periodo veneciano sería atacada y destruida por los turcos. Tras la caída de Venecia pasaría por manos del Reino napoleónico de Italia, luego por manos de Austria, después Yugoslavia y, finalmente, tras la desintegración de ésta última, forma parte de Croacia.
Más imágenes de Hvar, con su gran plaza y la catedral de San Esteban
Hvar es un paraíso para los turistas por su buen clima, por las aguas del mar que la rodea, por sus calas de piedras pequeñas, por su (supuesta) tranquilidad... Para mi gusto, demasiados turistas (y de "los peores"). A una hora y media de autobús (27 km) se llega a Jelsa, un pueblo mucho más tranquilo y con un turismo más familiar, en comparación con la "marcha joven italiana" de Hvar.
Panorámica de Hvar y su costa, desde el antiguo castillo español de la colina
Cómo llegar: nosotros llegamos en ferry desde la isla de Mljet, otra curiosa isla que cuenta con un parque nacional, con un lago dentro bastante grande, que a su vez tiene una pequeña isla en el centro con un monasterio (isla → lago → isla → monasterio). Y nos fuimos de nuevo en ferry, hacia Bol, en la isla de Brac (donde por cierto está la famosa playa de Zlatni Rat).
Monasterio Franciscano, en Hvar
Etiquetas: Croacia, pueblecicos