miércoles, abril 04, 2012

 

Frases de Cine Negro: "Sed de mal", o el gran tratado sobre los planos secuencia

Los tres primeros minutos de la película, los mismos que marca el personaje en el dispositivo de detonación de la bomba al inicio, contienen probablemente el mejor plano secuencia de la historia del cine (os recuerdo qué significa esto, lo conté en la anotación sobre "El secreto de sus ojos" de Campanella, en la que por cierto desapareció el vídeo a requerimiento de Sony: Un plano es la unidad narrativa en el cine, es una parte de película rodada en una sola toma. La siguiente unidad narrativa, la secuencia, enlaza varios planos tomados en un mismo escenario, con los mismos personajes y la misma acción. Es decir, una secuencia es una unidad dramática de espacio y tiempo. Un plano secuencia es una secuencia filmada en continuidad, sin corte entre planos, en la que la cámara se desplaza de acuerdo a una meticulosa planificación.).

Orson Welles plantea este plano secuencia en la forma en que él concibe el cine, como el director de una gran orquesta y coros, coordinando a todo el equipo: los actores protagonistas, los extras que van de aquí para allá, los coches que se mueven, el movimiento de la grúa, los diálogos, las actuaciones, la iluminación, el sonido, el movimiento de la cámara obligando a continuos cambios de enfoque, la banda sonora (magnífica, por cierto, de Henry Mancini) que envuelve a todo lo demás. Es una coreografía increíble (para los informáticos: es como si Welles hubiese rodado la película utilizando un "super-Prezi"). Sin trampa ni cartón: CINE. Probablemente, ya nadie sabe hacer cine así. Y si alguien sabe, no lo demuestra.


La película de hoy: Sed de mal
Título original: Touch of Evil
Director: Orson Welles
Año: 1958
IMDB: más información


Dicen sin embargo que Orson Welles prefería otros dos planos secuencia de la misma película, de cinco minutos cada uno y casi consecutivos. Los que transcurren en el interior del apartamento de Sánchez, el chico mejicano que "cargará con el muerto". Entre ambos planos, el comisario mejicano Mike Vargas (Charlton Heston) sale un momento del apartamento para llamar a su esposa (Janet Leigh) y regresa enseguida. Un buen número de personajes apelotonados en el apartamento, moviéndose de un lado para otro, siguiendo la perfecta coreografía. Entre todos ellos, el capitán Hank Quinlan (encarnado por el propio Orson Welles), se come la pantalla cuando aparece, ayudado por los planos contrapicados ideados por él mismo a tal efecto.

Son éstos dos planos secuencia. Cinco minutos cada uno.

 
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Me ahorro más opinión sobre esta obra maestra del cine negro. La última gran película del género, según los expertos. Podéis encontrar algunas opiniones aquí, aquí o aquí.

Por supuesto, algunas frases:

¿Qué intentan hacerme?
— Atarte a la silla eléctrica. No nos gusta cuando gente inocente vuela en mil pedazos en esta ciudad. Una señora recogió anoche un zapato en la calle Mayor. El zapato tenía un pie adentro. Pagarás por ello.


— Vamos, léeme el futuro.
— No tienes futuro.
— ¿Qué quieres decir?
— Se te acabó el futuro. ¿Por qué no te vas a casa?


— ¿Falsificando pruebas?
— Ayudando a la justicia, compañero.


— ¿No va a venir nadie a llevárselo?
— Sí, dentro de unos minutos. Le gustaba, ¿verdad?
— El agente de policía. El que lo mató. Él lo quería.
— Bueno, Hank era un gran detective, sin duda.
— Y un mal policía.
— ¿Es todo lo que dice a su favor?
— Era un hombre fuera de lo común. ¿Qué importa lo que diga uno sobre la gente?

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