miércoles, junio 27, 2007

 

Postales desde Viena: y, finalmente, Museo de Historia del Arte

En Viena hay un salón con mil ventanas...

Museo de Historia del Arte, Viena

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte

y un bosque de palomas disecadas.

Hay un fragmento de la mañana

en el museo de la escarcha.

Hay un salón con mil ventanas.


¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.


Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac

que moja su cola en el mar.


Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,

por el melancólico pasillo,

en el oscuro desván del lirio,

en nuestra cama de la luna

y en la danza que sueña la tortuga.


¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.


En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.

Hay una muerte para piano

que pinta de azul a los muchachos.

Hay mendigos por los tejados,

hay frescas guirnaldas de llanto.


¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.


Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,

soñando viejas luces de Hungría

por los rumores de la tarde tibia,

viendo ovejas y lirios de nieve

por el silencio oscuro de tu frente.


¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".


En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga

cabeza de río.

¡Mira qué orillas tengo de jacintos!

Dejaré mi boca entre tus piernas,

mi alma en fotografías y azucenas,

y en las ondas oscuras de tu andar

quiero, amor mío, amor mío, dejar,

violín y sepulcro, las cintas del vals.


Pequeño vals vienés, Federico García Lorca

(Versión de Leonard Cohen, Take this waltz)

Etiquetas:


sábado, junio 16, 2007

 

Postales desde Viena: Iglesia Votiva

Iglesia Votiva, en Viena

Heinrich von Ferstel se inspiró en la 600 años más vieja catedral de Colonia para levantar esta iglesia Votiva en estilo Neogótico entre 1856 y 1879, y también en la aguja de la catedral de San Esteban.

Leo por ahí:
Cuentan que en 1853 el recien casado Francisco José, emperador y marido de Sissí, sufrió el ataque de un hombre que le provocó un fuerte corte en la nuca con un estilete ( hay varias versiones contradictorias sobre el incidente ). El emperador se salvó porque en el último momento un carnicero que pasaba por allí le avisó a gritos, y por ello la herida no fue mortal. En recompensa por haberle salvado la vida Francisco José nombró Conde al carnicero, cuyo condado Ettenrich aún existe. A este Conde se le ha llamado el Conde Carnicero. Francisco José construyó esta iglesia porque en su enfermedad había hecho un voto a Dios si sobrevivía al atentado.


Qué calor... qué pereza da en esta época anotar cosas aquí...

Etiquetas:


miércoles, mayo 23, 2007

 

Postales desde Viena: Parlamento

El Parlamento de Austria, en Viena

Era la época del emperador Francisco José I y su queridísima esposa Isabel de Wittelsbach, Sissi, cuando se construyó este edificio.

Hablemos de Sissi. ¡Qué distinta a la que nos pintaron en las hiperalmibaradas y plúmbeas películas protagonizadas por la encantadora Romy Schneider! Bellísima y muy culta, pero obsesionada por la belleza y por el físico, padeció un cuadro bulimaréxico toda su vida. Inventaba dietas para mantener su peso en 50 kilos y su cintura en 47 centímetros (era bastante alta para la época, 173 cm). Se alimentó básicamente a base de sopa de carne, carne cruda, sangre de buey, leche, tartas, pasteles y helados. Nada de ensaladas, verduras ni frutas (salvo naranjas). Casada a los 16 años, pronto se aburrió de su marido. Era deportista (amazona experta), amante de la naturaleza y sobre todo independiente, muy independiente: se negó a jugar al tenis, deporte de moda, porque para ello necesitaba un compañero de juego. A los 45 abandonó los caballos tras conocer la noticia de la boda de su amante y profesor de equitación y se aficionó al esgrima y a las marchas a pie.

Su desastrosa dieta le empeoró el carácter y acabó produciéndole enfermedades varias: reúma, neuritis, edemas por todo el cuerpo, ciática y acumulación de líquidos en las piernas. A partir de los 50 su cutis estaba muy deteriorado y siempre llevaba velo. Las últimas fotos y cuadros son de cuando tenía 30 años. No aceptó el paso del tiempo. Para mitigar sus males y el dolor por la pérdida de la belleza siempre llevaba en su botiquín un frasco de morfina y una jeringa.

Tuvo cuatro hijos. La primera hija murió a los dos años. El único hijo varón (heredero del imperio) y su amante aparecieron muertos con sendos disparos en sus cabezas. ¿Suicidio pactado por amor? ¿Suicidio pactado por motivos políticos? ¿Asesinato por orden de su propio padre? ¿Asesinato por los servicios secretos franceses? ¿Asesinato por su engañada esposa? Nunca se supo.

Sissi murió a los 61 años asesinada en Ginebra por un anarquista italiano, quien le asestó una certera puñalada en el corazón con un estilete.

Etiquetas:


viernes, mayo 04, 2007

 

Postales desde Viena: Iglesia de San Carlos Borromeo

San Carlos Borromeo, Viena

Una de las iglesias barrocas más famosas del mundo, San Carlos Borromeo de Viena. Al entrar sorprende su planta elíptica, en la que se marca una cruz latina gracias a algunas capillas en los ejes, cubierta por una cúpula de 80 metros de altura. El estilo es bastante ecléctico, pórtico neoclásico, columnas de triunfo romanas, cúpula clásica (aunque no circular sino elíptica, quizás la gran originalidad del templo, y que le hace parecer mayor de lo que es).

Si no me equivoco es la iglesia más grande de la ciudad, tras la catedral.

El origen... pues como casi todo aquí, el símbolo del triunfo de la ciudad sobre la peste. El emperador Carlos VI promete su construcción y cumple (como dice la inscripción en latín que se lee sobre el portón principal). Carlos era más generoso que Leopoldo I, quien un siglo antes se despachó simplemente construyendo una columna...

Etiquetas:


lunes, abril 16, 2007

 

Postales desde Viena: Plaza del Ayuntamiento

Plaza del Ayuntamiento, Viena

En la anterior postal nos habíamos quedado sentados frente al Ayuntamiento. Una vez descansados podemos calzarnos los patines y dar unas vueltas por la pista de hielo que montan en la plaza 4.400 m2, la mayor plaza de patinaje al aire libre de Europa, dicen desde mitad de enero a primeros de marzo de cada año. Si se amplia la foto puede verse que algo de por aquí (de beber, me refiero) les ha llegado a los vieneses.

Etiquetas:


miércoles, marzo 28, 2007

 

Postales desde Viena: Ayuntamiento

Ayuntamiento, Viena

El Rathaus, impresionante edificio (neo-gótico, 1872-1883), aloja el gobierno municipal y el del estado de Viena. Caminar por Viena es ir de palacio en palacio, de iglesia en iglesia, de teatro en teatro... Llega un momento en que deja de sorprender la grandiosidad y espectacularidad de los edificios, ese puede ser el momento de acercarse al Prater (el parque cuya noria hizo famosa aquella escena de película entre Orson Welles y Joseph Cotten) o sentarse en un banco del parque del Rathaus y observar los tonos ocres de los árboles y del ayuntamiento.

Etiquetas:


miércoles, marzo 14, 2007

 

Postales desde Viena: Calle Graben

Calle Graben, Viena

En la postal anterior veíamos la catedral de San Esteban desde el inicio de la calle Graben, el centro comercial de la ciudad. Amplia, peatonal, siempre animada, llena de comercios de esos que te atraen la vista (Knize, Braun, Zur Schwäbischen Jungfrau...), confiterías increíbles (Altmann & Kühne), restaurantes y cafés elegantes... y todo en menos de 300 metros que tiene de larga.

Lo más característico de la calle es la Columna de la Peste. Es un monumento barroco que conmemora el fin de una epidemia de peste negra en el siglo XVII. Dicen que el rey Leopoldo I no huyó de la ciudad, como hacían otros reyes y nobles en otras grandes ciudades, sino que se quedó a sufrir el mismo destino que sus súbditos, e hizo campaña sobre buenas costumbres higiénicas impensables en la época, como por ejemplo... ¡lavarse las manos alguna vez!

Una nota curiosa: la calle Graben aparece mencionada en el libro La interpretación de los sueños, de Sigmund Freud (1898). Concretamente en el capítulo quinto (Material y fuentes de los sueños), sección segunda (Lo infantil como fuente onírica):
Detrás del siguiente sueño de una señora mayor se esconde toda una serie de recuerdos infantiles reunidos en una fantasía. «Sale apresuradamente a hacer varias comisiones. Al llegar al "Graben", se desploma en el suelo de rodillas, como "reventada". En derredor suyo se arremolina un grupo de gente en el que predominan los cocheros de punto, pero nadie la auxilia. Varias veces intenta en vano incorporarse. Por fin debe de haberlo conseguido, pues la meten en un coche que va a llevarla a su casa. A través de la ventanilla la arrojan una pesada cesta muy voluminosa (parecida a una cesta de la compra).»
Más abajo explica:
La sujeto de este sueño es aquella paciente que en su vida onírica es siempre apurada, como de niña apuraba ella a las demás. La primera escena de su sueño procede, sin duda alguna, del recuerdo de haber visto caer a un caballo en la calle o en las carreras, accidente al que alude también la expresión «como reventada». En años anteriores había sido la sujeto una gran amazona, y es de suponer que en sus años infantiles sirviera también alguna vez de caballo a sus compañeros de juego. A este tema de la «caída» pertenece su primer recuerdo infantil, referente al hijo de su portero, muchacho de diecisiete años, que, habiendo sufrido en la calle un ataque epiléptico, fue traído a su casa en su coche. Ella no presenció esta escena, sino que solamente la oyó relatar; pero la representación del ataque epiléptico y del «caído» adquirió un gran poder sobre su fantasía e influyó después en la forma de sus ataques histéricos. Cuando una mujer sueña que «cae», suele esto tener, casi siempre, un sentido sexual. Con ello se convierte en una «mujer caída».

En nuestro sueño resulta esta interpretación más indudable por el lugar en que la paciente cae: el «Graben», plaza de Viena, conocida como mercado de la prostitución; la «cesta de la compra» es susceptible de varias interpretaciones. En primer lugar, recuerda las muchas «cestas» que la sujeto ha dado a sus pretendientes (expresión alemana equivalente a la española «dar calabazas») y que luego, en una ocasión, cree haber recibido a su vez. Con este tema se halla también relacionado el que nadie la quiera ayudar a levantarse, circunstancia que interpreta como un signo de desprecio. La cesta de la compra recuerda, además, determinadas fantasías, descubiertas en el análisis, en las que se imagina casada con persona de condición muy inferior a la suya y tiene que ir personalmente a la compra. Por último, también puede interpretarse la «cesta» como alusión a una sirviente. A esta representación se añaden recuerdos infantiles referentes a una cocinera que, al ser despedida por ladrona, calló de rodillas, suplicante.

En la época de este suceso tenía la sujeto doce años. Recuerda también a una doncella que fue despedida por mantener relaciones sexuales con el cochero de la casa, el cual la tomó después en matrimonio, rehabilitándola. Este recuerdo nos da la fuente de los cocheros del sueño (en el que se niegan, al contrario de como sucedió en la historia real recordada, a «levantar a la mujer caída»). Queda aún por explicar el detalle de arrojar la cesta dentro del coche, y precisamente a través de la ventanilla. Este hecho le recuerda la facturación de los equipajes en las estaciones, el galanteo por la ventana en su residencia campestre y triviales impresiones de su estancia en dicha residencia, tales como la de haber visto a un caballero que desde el jardín iba arrojando ciruelas al interior de la casa, haciéndolas penetrar por una ventana a la que se hallaba asomada una señora, y la del miedo de su hermanita al ver asomarse a la ventana de su cuarto a un aldeano bobo. Por último, emerge detrás de estos recuerdos la oscura reminiscencia de una doncella que tenían en la finca y que solía «perderse» por el campo con un criado. La sujeto tenía por entonces diez años, y es muy posible que advirtiese alguna vez los manejos de aquellos enamorados, los cuales fueron despedidos («facturados», «echados fuera», circunstancia que el sueño representa antinómicamente por la cesta «echada dentro del coche»). A esta historia nos aproximan asimismo, en el análisis, otros caminos. Para designar el equipaje de un criado se usa en Viena la expresión despectiva «las siete ciruelas» (Sieben Zwetschker). «¡Coja usted sus siete ciruelas y márchese!»
A esto lo llamo yo sacarle sacarle jugo a un sueño, ¿no os parece?

Etiquetas:


miércoles, febrero 28, 2007

 

Postales desde Viena: Catedral de San Esteban

Catedral de San Esteban, Viena (foto: Javifields)

Das vueltas a su alrededor buscando un ángulo para meterla entera en el visor de la cámara y no hay manera. Al final, desde la esquina de la calle Graben, te conformas con recortar un trozo de torre. Y no es raro, pues la torre, Steffl como la llaman los vieneses, mide 137 metros (ya el tejado de las tres naves alcanza 107 metros, compárense con los 80 de las torres de El Pilar).

La parte más antigua es románica pero la reconstrucción en el siglo XIV le dio su actual estilo gótico. Si entras al interior verás las tumbas de varios Habsburgo y de algún Saboya. Y en el subsuelo se pueden visitar las catacumbas.

Aquí se casó Mozart en 1782 con Constanze, la hermana pequeña de su amada Aloysa Weber, y aquí también fue su funeral en 1791, desde donde su cuerpo fue llevado al cementerio de St. Marx en un día triste y lluvioso, acompañado sólo por su perro.

La Catedral aloja al Cristo del Dolor de Muelas. Si te ríes de su nombre acabarás con los mismos dolores que él. ¿Conocéis otros Cristos o Santos con nombres así?

Etiquetas:


lunes, febrero 19, 2007

 

Postales desde Viena: Teatro de la Ópera

Esta segunda entrada de la miniserie "Teatros del Mundo" sirve además para empezar otra serie que llamaremos: postales desde Viena. Por series y miniseries que no quede, ¡son gratis!

Teatro de la Ópera de Viena (foto: Javifields)

Inaugurado en 1869, el teatro de la ópera de Viena sufrió graves daños en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, pero luce ahora así de expléndido.

Quizás más espectacular sea aún su lujosísimo interior, que pueden ver los trasnochadores y los madrugadores en el concierto de año nuevo de la filarmónica de la ciudad, que se celebra allí todos los años, se retransmite para todo el mundo y es seguido aproximadamente por una sexta parte de todos los habitantes del planeta.

Tuve ocasión de estar allí el día del Baile de la Ópera, hace algunos años. Se celebra una vez al año a mitades de febrero desde hace 51 años. Nunca olvidaré mi sensación de "plebeyo" viendo llegar las limusinas de elegantísimos "nobles" y asomándome a las ventanas de la planta baja para ver cómo era servido un primer cóctel en su interior, mientras decenas de otros plebeyos (japoneses) a mi alrededor, también luchando por un pedazo de ventana, sacaban fotos y alborotaban en su incomprensible lengua.

Hay un multimillonario constructor vienés, Richard Lugner, que cada año "invita" (yo diría "contrata") a una (mujer) famosa para asistir al Baile. El año en el que yo andaba por allí, la invitada era Sarah Ferguson, Duquesa de York. El evento era de una elegancia superlativa. Otros años fueron invitadas, por ejemplo, Sofía Loren, Joan Collins, Raquel Welch, Faye Dunaway, Gina Lollobrigida o Jacqueline Bisset, es decir, todas ellas mujeres glamurosas...

Y digo que el evento era elegantísimo porque leo ahora que la "invitada" (por un millón de dólares) de este año al Baile (que se celebró el 15 de febrero) ha sido nada más y nada menos que.. tachaaán... Paris Hilton.

Y leo en la prensa:
La clase alta vienesa todavía no se ha recuperado del susto.
Y leo también:
La heredera del imperio hotelero estadounidense Paris Hilton tuvo hoy [por el 15 de febrero] que cancelar una aparición pública para firmar autógrafos cuando empezaron a volar objetos sobre el escenario en el que hizo aparición en un centro comercial de Viena.
Y también:
Paris Hilton bosteza en el baile de Viena. Podría haber bailado toda la noche. Pero en vez de eso, Paris Hilton bostezó y jugó con su teléfono celular.
En fin, que la cosa estuvo "caliente", como siempre allá donde va...

Mi recomendación final: si caes por Viena un 15 de febrero, después de asomarte a las ventanas de la Ópera, acércate a la cafetería del Hotel Sacher, que está justo detrás de la Ópera, a disfrutar de una genuína Sachertorte y un café... vienés (schlágobers), por supuesto.

Etiquetas: ,