martes, julio 25, 2006

 

India según Steve McCurry



Seguimos con la serie de portadas de la revista National Geographic.

Tras remontarnos hace un tiempo a los orígenes y destacar después las dos historias más famosas, la de la gorila Koko y la de la niña afgana Sharbat Gula, traemos aquí de nuevo hoy el impresionante trabajo de Steve McCurry, quien por cierto mostrará próximamente su obra en Barcelona (L'illa Diagonal desde el 18 de septiembre al 14 de octubre).

La de la izquierda es la portada de mayo de 1997. Las fotos de McCurry para el artículo de ese número India: Fifty Years of Independence, deben ser seguramente la mejor forma de ver el país sin visitarlo.




El Taj Mahal según McCurry

Dice McCurry sobre India: “It’s so beautiful, so culturally diverse. There’s always something you’ve never seen before. That’s the greatest thing for a photographer.”

La vida en las calles de Calcuta

La pobreza, la miseria suprema, han sido siempre las compañeras inseparables de nuestra gente, escribió Jawaharlal Nehru.

Empolvado con maquillaje rojo, un joven indio participa en la tradicional fiesta hindú de Ganesh Chaturthi en Bombay.


Si quieres leer algo sobre India, visita el diario de Ra y Mon.

Etiquetas:


comentarios:
Fíjate que nunca me había atraido nada de nada la india pero ultimamente me está empezando a hacer tilín. Es una cosa bárbara, todo el mundo que ha estado vuelve emocionado, encantado y con una paz impresionante. Me he preguntado que es lo que produce esa sensación y casi todos me han contestado que ver tanta pobreza y el modo de aceptar las cosas de esa gente hace que uno se replantee muchas cosas...
 
interesante, la duda que queda es si se vuelve con esa paz por la consciencia de la poca importancia de las cosas materiales o por la tranquilidad que da tener aquí algo para comer todos los días
 
Mi humilde opinión sobre la cuestión:

la gente vuelve con una paz asombrosa porque se van a la India en busca de una paz asombrosa. Cuando lo que buscan es otra cosa se van a la República Dominicana y no salen del hotel. Y sin embargo, a pocos quilómetros de esos hoteles de lujo se puede encontrar la misma "pobreza" y la misma "aceptación" que en la India. Es más... no hace falta ir tan lejos: en la esquina de tu calle probablemente hay un mendigo muy pobre y también muy resignado.

A mí la India me gustó mucho y volví impresionado, asqueado, sorprendido, emocionado, delgado, bronceado, especiado y madurado. Pero me molesta mucho la gente que "ha visto la luz" y que en cuanto suben al avión parecen haber quedado ciegos de nuevo. O que sólo quieren ver la luz cuando se enfrentan a los "extremos" y ante las cosas de cada día se tapan los ojos.
 
Tal vez el año que viene, este tocó Cuba
Por cierto, alucinante!!!!
 
Publicar un comentario

<< Inicio